viernes, 30 de septiembre de 2011

"El niño de la espina" en la catedral de León


Espinario Roma

Hay quien asegura que el descubrimiento del “El niño de la espina” o “El Espinario”, una pequeña talla romana copia de una obra helenística, supuso una auténtica revolución artística que, con el tiempo, influyó de forma decisiva en las obras de los grandes creadores renacentistas como Rafael, Miguel Ángel, Leonardo, etc.

En la actualidad existen cinco copias antiguas: tres realizadas en mármol ubicadas en el Británico de Londres, en el Museo de Pérgamo de Berlín y en la Galería de los Uffizi de Florencia; las otras dos, ejecutadas en bronce, se encuentran en el Louvre y en Roma.

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Esta última, la más conocida y difundida, es un bronce del s. I aC. Propiedad del papado desde tiempo inmemorial, el Papa Sixto IV lo “restituye” a la ciudad en el s. XV junto con otros bronces, entre ellos la “Loba capitolina”, que se habían convertido en símbolos y señas de identidad de Roma y donde todavía hoy puede admirarse en la Sala de los Triunfos del Palacio de los Conservadores, en los Museos Capitolinos.

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Sentado sobre una roca, un joven desnudo posa su pie izquierdo sobre su pierna derecha, mientras se concentra con sus manos tratando de sacarse una espina de la planta del pie. A pesar de sus 73 cm de tamaño y como ya hemos comentado, fue una de las obras clásicas con mayor influencia en el Capturar-1 Renacimiento, revolución artística que miró con asombro hacia el mundo clásico. La admiración que generó la talla, fue el motivo por el cual permaneció, junto con otras antigüedades clásicas, en la ciudad de París desde 1798 a 1815 sustraída por Napoleón durante sus campañas en Italia.

El significado de la obra no está muy claro. El más popular y difundido es que el muchacho representa a un pastor llamado Marcio que llevó un importante mensaje al Senado de Roma y, hasta que no cumplió su cometido, no se detuvo a quitarse la espina. Sin embargo, para otros, se trata de un joven atleta que se extrae una espina del pie antes de iniciar una carrera.

En España son muy conocidas dos copias del “Niño de la espina” realizadas en  bronce y no exEl Pradoentas de polémica. Una se halla formando parte de una conocida fuente en los jardines de la Isla, en Aranjuez; la otra se encuentra en el Museo del Prado.

Aunque la fuente de Aranjuez data de los primeros años del s. XVII, su motivo principal, la talla del “El Espinario”, fue un regalo del cardenal Giovanni de Montepulciano a Felipe II en 1561. La obra del Prado, según una cita del s. XVIII, fue una de las copias de arte clásico encargadas por Velázquez en su viaje a Italia por encargo de Felipe IV en 1650, aunque no figura en la relación de las obrAnsemil 15as que llegan de Italia dos años después. Esto hace suponer que la obra del Museo del  Prado puede ser una copia de la de Aranjuez o, lo más probable, una compra directa y no un encargo o copia del original de los Museos Capitolinos. De todos modos y a pesar de que la "fama" la ostenta la talla del Prado, es más antigua la obra de Aranjuez.

Pero antes del Renacimiento o Barroco, el tema de “El niño de la espina” ya era conocido en todo occidente, siendo ya representada por artistas hispanos muchos siglos antes. Prueba de ello, lo tenemos en un canecillo de la iglesia de San Pedro de Ansemil en Pontevedra (ss. IX-X), pero también "sosteniendo" el tímpano de la Puerta del Sarmental (s. XIII) en la catedral de Brugos.

En la catedral de León existe otro “Niño de la espina”, prácticamente desconocido. No es románico ni gótico, sino renacentista y forma parte del controvertido pero excepcEspinario catedral de Burgosional trascoro. Esta obra, siempre discutida ya que rompe la unidad espacial del interior del templo gótico es, sin lugar a dudas, una de las muestras más sobresaliente del renacimiento español.

Se trata de un conjunto a modo de un monumental arco de triunfo, con un cuerpo pétreo en forma de retablo con dos calles a cada lado del vano, que contienen dos hornacinas o tableros de alabastro flanqueados por columnillas que se apoyan sobre netos, todo ello asentado sobre una gran predela. El cerramiento del arco está formado por un ático decorado con tallas, frisos y entablamentos, rematado por un crucificado de Bautista Vázquez.

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En las hornacinas se muestran las escenas del Nacimiento de la Virgen, la Anunciación, la Natividad y la Adoración de los Reyes, todas ellas realizadas en alabastro. En el ático: San Pedro y San Pablo, San Marcelo y San Isidoro; mirando hacia el altar: San Froilán. Junto a estas, otras obras más pequeñas: virtudes, sibilas y medallones.

Si impresionantes son todas estas tallas mencionadas, no lo es menos el abundante trabajo de decoración que cubre prácticamente toda la obra: figuras afrontadas, grutescos, bucráneos, arquitectura fantástica, temas mitológicos, bíblicos y alegóricos.

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Los planos y los primeros años de ejecución están a cargo del leonés Juan de Badajoz el Mozo en la segunda mitad del s. XVI. Tras su fallecimiento se hace cargo Juan López y más tarde Baltasar Gutiérrez, que recibe ayuda y consejos de Rodrigo Gil de Hontañón y Juan Vallejo. La exuberante decoración estuvo en manos de Juan de Juni y Esteban Jordán. En los relieves de los frisos y en las figuras de los netos de la predela intervienen posiblemente Juan de Angés, Pedro de Salamanca y el propio Juan de Juni.

Guillén Doncel, próximo a Juan de Juni, puede ser el autor de los diez niños-atlantes (cinco a cada lado), que se encuentran en los netos o dados de la predela. Presentan fuerte corpulencia y expresividad, muestra de la presencia y herencia borgoñona que caracteriza la obra de Juni.

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Entre estos atlantes, en el lado de la Epístola, el segundo por la derecha es un “Niño de la espina”. Desnudo y sentado sobre un pequeño banco, cruza su pierna izquierda sobre la derecha, a imitación del clásico tema heleno, tratando de extraer del pie una espina. Tanto el pie como el brazo derecho están mutilados, posiblemente por la mano de algún intransigente que creyó ver en la representación del angelote, una alegoría característica del mundo pagano. Una burla a la ortodoxia cristiana que habría que  hacer desaparecer del interior de la catedral.







- "El niño de la espina". Museos Capitolinos. Roma.
- Otros: Londres, Berlín, París y Florencia.
- "Vida de Moisés". Botticelli.
- Jardines de la Isla. Aranjuez.
- Museo del Prado.
- San Pedro de Ansemil.
- Catedral de Burgos.
- Trascoro catedral de León.
- "Espinario". Trascoro catedral de León.
- "Espinario". Trascoro catedral de León.
- Música: YouTube - Franz Schubert (trio nº2 op 100). Renard Capucon. Video: roldrolddogo


jueves, 8 de septiembre de 2011

Bayeux-Normandía: centro de dos invasiones

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En una entrada reciente sobre la importante presencia vikinga en el Reino de León y la “cajita” existente en el Museo de San Isidoro, única muestra en España del arte vikingo, se hizo mención indirecta al Tapiz de Bayeux, que narra la conquista de Inglaterra en el año 1066 por los normandos, pueblo vikingo establecido en el norte de Francia desde el s. IX, al mando de Guillermo, duque de Normandía.

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Hace unas semanas tuve ocasión de visitar Normandía y el sur de Bretaña. Un paisaje inesperado: bosques, cultivos, ríos navegables, playas y acantilados sorprendentes. Ciudades repletas de arte, de edificaciones típicas, inconfundibles y bellísimas; monasterios y abadías, castillos y palacios, murallas, torres y fortificaciones que conservan y mantienen, a pesar de la destrucción que causó la II Guerra Mundial, su trIMGP0490adicional estructura y sabor.

Un paisaje cuidado con esmero, unas regiones volcadas hacia el visitante, hacia un turismo tranquilo y ávido de arte e historia: Ruan, Caen, Cherburgo, Saint-Malo, Dinan, etc. Lugares emblemáticos como el Mont Saint-Michel, del que nos ocuparemos en otra entrada, las playas y objetivos que fueron protagonistas del Desembarco aliado: Omaha, Utah, Juno, Gold, Sword,  Arromanches, Pointe du Hoc, Sainte Mere Eglise, etc. La existencia de diversos museos en distintas localidades dedicados al suceso, los espectaculares cementerios de los caídos durante el ataque: La Cambe, Bayeux y el impresionante camposanto de Colleville-sur-Mer, junto a la playa de Omaha, que reúne las tumbas de 9.387 soldados americanos fallecidos durante la campaña de Normandía.

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Y entre todos estos lugares, uno que merece una referencia especial: Bayeux, una pequeña población de apenas 16.000 habitantes cercana a la costa y que, curiosamente, se ha hecho famosa como “centro” de dos invasiones que, con 900 años de diferencia y realizadas hacia uno y otro lado del Canal de la Mancha, han modificado la historia de la humanidad.

La primera el 29 de septiembre de 1066 y tiene como resultado la conquista de Inglaterra por Guillermo, duque de Normandía. La segunda viene del otro lado del Canal y se produce el 6 de junio de 1944, iniciándose con el sangriento desembarco de las fuerzas aliadas en las playas cercanas y que convierten a Bayeux en la primera ciudad liberada de Francia. Gracias a esta rápida conquista, la localidad quedó prácticamente indemne de los bombardeos y destrucciones que acabaron con la práctica totalidad de los edificios en otras ciudades de Normandía y Bretaña.

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Bayeux resulta una excelente plataforma para recorrer la costa del Desembarco, visitando las playas y las pequeñas villas que cuentan con museos sobre el tema (importante controlar los horarios de apertura y cierre). Imprescindible resultan las visitas al cementerio norteamericano de Colleville-sur-Mer, junto a la terriblemente famosa playa de Omaha, a los restos del gigantesco muelle artificial en la localidad costera de Arromanches y acercarse a Pointe du Hoc, destacado saliente en los acantilados donde los alemanes disponían de un importante emplazamiento de artillería costera. La zona se encuentra musealizada, conservándose el lugar como quedó después del asalto de los rangers americanos, con los impresionantes bunkers alemanes destruidos y derribados dentro de los múltiples cráteres formados por los bombardeos y la acción de los comandos.

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El acceso a la pequeña localidad de Bayeux con calles muy estrechas, está perfectamente delimitado gracias a las circunvalaciones que subsisten y que fueron realizadas por las tropas inglesas con el fin de que pudiera circular con facilidad el ingente material pesado desembarcado. El estacionamiento resulta sencillo por la existencia de cantidad de plazas de aparcamiento gratuitas, que permiten dejar el vehículo a las afueras de la ciudad y adentrarse caminando por sus bellas calles para disfrutar de sus tradicionales edificios que se organizan en torno a su catedral y siguen el curso del río Aure.

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Sin duda, una de las dos obras de arte más valoradas en Bayeux es su catedral, Nôtre Dame de Bayeux. La nueva catedral se edifica sobre otra románica anterior, siguiendo los patrones de la arquitectura normanda que evoluciona hacia el gótico, ya que, iniciada en el s. XI, las obras no concluyen hasta el XIII. Fue obra del obispo Odón de Conteville, posteriormente primer Conde de Kent, hermanastro del duque Guillermo, con el que colaborará militarmente en la conquista.

La otra obra excepcional es el Tapiz de la Reina Matilde (esposa de Guillermo), conocido popularmente como Tapiz de Bamaking_bayeux_tapestryyeux. El Tapiz es una obra de arte única y un documento histórico de primer orden que narra en imágenes la aventura normanda. Contiene infinidad de detalles interesantes que ilustran casi todos los aspectos de la vida en el s. XI: equitación, armamento, vestido, construcción y navegación de naves, cocina, caza, etc. Una profusión increíble de imágenes: 37 edificaciones, 41 barcos, 202 caballos, 626 personajes, etc.

Está comprobado que es obra de un taller inglés, posiblemente del Condado de Kent y encargado y pagado por el obispo Odón de Conteville. Fue realizado relativamente poco tiempo después de la conquista, tal vez entre los años 1070-1080, con destino a la consagración solemne de la nueva catedral en 1077. El Tapiz se encuentra documentado en un inventario de la catedral del s. XV y parece que, durante toda la Edad Media y hasta la Revolución Francesa, se exhibía con regularidad en la nave central el 1 de julio, durante la celebración de la Fiesta de las Reliquias.

El Tapiz ha pasado por difíciles situaciones y se ha salvado milagrosamente. Durante la Revolución Francesa estuvo a punto de ser troceado para decorar las fiestas populares. En el año 1803 Napoleón lo transporta a París, pero debido a la impopularidad del traIMGP0365slado, es devuelto por el dictador a la ciudad de Bayeux que lo custodia y, desde aquel momento, solamente se muestra a importantes visitas. Es ocultado en a diversos lugares, siempre cerca de Bayeux, en circunstancias especiales como las Guerras Napoleónicas, la Guerra Franco-Prusiana y la I y II Guerra Mundial. Después de esta última es enviado momentáneamente al Louvre, para ser expuesto tras la rendición nazi. Hoy se encuentra expuesto en su lugar: Bayeux.

El Tapiz (La Tapisserie de Bayeux) se expone en el antiguo Gran Seminario de la ciudad del s. XVII, en la rue Nesmond, que alberga el “Centro Guillermo el Conquistador” (Centre Guillaume-le-Conquérant). En la entrada del Museo, en su patio exterior, se puede observar el Thorvald, la única replica existente del modelo de nave noruega denominado kirkebat (barco-iglesia), semejante a la que utilizaron los normandos para cruzar el Canal de la Mancha en el s. XI.

Sala Tapiz de Bayeux (1) Con la entrada al Museo (8,00 €) se facilita una audio-guía en castellano, que resulta imprescindible para comprender y seguir la historia que narra la obra. En la planta baja se encuentra la denominada Sala Harold, una estancia de unos 50 metros de larga y prácticamente a oscuras en donde se musealiza el bordado dentro de una vitrina convenientemente iluminada. A mitad del recorrido, en la escena numerada como 37, la vitrina gira 360º, encontrándose el resto de la obra expuesta detrás de la primera parte. Podemos ver su disposición  en la fotografía.

En realidad la obra no es una tapiz, se trata de un bordado de hilos de lana de cuatro colores principales (rojo, amarillo, verde y azul) y otras ocho tonalidades diferentes menores, sobre una tela de lino de 70 metros de larga y 50 cm. de ancho. La faja de tela está dividida en tres; en el medio se narra la escena principal, mientrasFRA14000C2_10 2 las dos franjas muy pequeñas de los extremos muestran una decoración a base de animales más o menos fantásticos: follajes, guerreros, labores de campo, etc. El dibujo, curiosamente, resulta muy actual al imitar el “comic” y el “dibujo animado”.

La historia a grandes rasgos es la siguiente: Eduardo “el Confesor”, rey de Inglaterra, anciano y sin herederos, designa como sucesor a su cuñado Harold. Como teme que no se le reconozca a su muerte, ya que el duque de Normandía, Guillermo, primo suyo, pretende el trono inglés, envía a Normandía al propio Harold con una misión que, en realidad, históricamente no se conoce exactamente. En el viaje Harold y su gente caen en manos del Conde Guy, que después de varios emisarios entrega el prisionero a Guillermo.

Harold, ahora huésped de Guillermo, le acompaña y apoya en distintas campañas militares en Bretaña, es armado caballero por el duque, le hace jurar fidelidad sobre las reliquias en la antigua catedral románica de Bayeux y se compromete en matrimonio con la hija de Guillermo, Ágatha de Normandía. Harold regresa a Inglaterra, pero a la muerte de Eduardo se erige como rey sajón olvidando y despreciando el juramento y compromiso que había adquirido en Normandía. Ante la ingratitud y traición de Harold, Guillermo se ve legitimado para exigir el trono preparando un poderoso ejército que invade Inglaterra en 1066 y vence a Harold en la Batalla de Hastings, coronándose posteriormente como rey de Inglaterra.

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La “narración” del Tapiz se interrumpe con la muerte de Harold (falta la última parte), que es considerada como un justo castigo para un perjuro. De esta manera, la historia de la conquista se justifica como un castigo divino al cometerse sacrilegio sobre las sagradas reliquias, acarreando forzosamente para el culpable y todos los suyos las consecuencias más terribles. Así se explica que un tema completamente profano como una intervención militar, se convierta en un asunto exclusivamente religioso y tenga permanentemente su sitio en la catedral.

La conquista es el germen que dará lugar a la “Guerra de los 100 años”, concretamente 106 años de guerra permanente y terrible entre Inglaterra y Francia. Ahora los normandos, que siempre habían sido vasallos del rey de Francia, eran reyes de otra nación y quieren ser tratados de igual a igual. Pero el punto de vista francés no es el mismo, y el hecho de que hubiesen ascendido de su ducado francés al trono inglés, no tiene por qué cambiar su sometimiento a la corona francesa. La pugna por los territorios normandos en suelo francés hará el resto.

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En la primera planta del edificio se muestran varias maquetas, escenas en cera de la vida del nuevo rey de Inglaterra, paneles, vitrinas, etc., que tratan de explicar la vida cotidiana y el reinado de Guillermo el Conquistador. Toda su vida fue un continuo guerrear, enfermar y engordar. Se decía de él que parecía estar embarazado. El propio rey de Francia, enemigo suyo, una de las veces en las Guillermo cayó enfermo se burló de su obesidad, llegando a mandar un emisario para que le preguntase si había dado a luz con felicidad. Guillermo le respondió: “Todavía no he parido, pero podéis decir a vuestro señor que, después del parto, iré a misa a Nôtre Dame de París y no con cirios, sino con diez mil lanzas”.

El final de sus días no fue muy edificante. En el verano de 1087 se encontraba guerreando en la frontera de Normandía, en la ciudad de Mantes. En un rutinario reconocimiento del terreno, su caballo paró tan bruscawilliam2mente que su enorme estómago se golpeó con fuerza contra el pomo de la silla de montar. El accidente le reventó internamente los intestinos y le produjo una peritonitis mortal. Seis semanas después moría a los 60 años en su castillo de Caen, en donde fue abandonado y despojado por sus sirvientes de todo lo que tenía a su alrededor: ropa, joyas, armas, muebles, …

Solamente uno de sus allegados consiguió que se celebrara el funeral en la Iglesia de Saint Éttiene de Caen, al que asistieron muy pocos fieles y donde actualmente se encuentran enterrados sus restos. Hasta el momento de su funeral Guillermo quiso ser único. Los obispos insistieron en enterrarle en un sarcófago de piedra, pero debido a su enorme tamaño, la descomposición que ya había comenzado y el hinchazón que le produjo su enfermedad, hubo que meter a presión el cuerpo en aquel pequeño nicho con un resultado nada edificante. El vientre de Guillermo reventó y, según cuentan, salpicó de vísceras, sangre y pus todo el lugar. El olor resultó tan insoportable, que los escasos asistentes que habían acudido al funeral abandonaron huyeron del templo y un hedor espantoso se mantuvo en el recinto durante varios meses.

Dos sucesos unen al duque de Normandía y rey de Inglaterra con el Reino de León. El primero de ellos forma parte de la leyenda y se refiere a que Guillermo se llevó a Inglaterra un caballo leonés, que montó en la célebre batalla de Hastings, donde el equino murió durante combate. En el Tapiz se le representa comoBayeux_Tapestry_WillelmDux un bello ejemplar negro, con una cruz esbelta y rasgos árabes. Había sido un regalo del señor de Longueville, Walter Giffard, que lo había adquirido durante su peregrinación a Santiago en el año 1064.

El otro hecho, éste histórico, se refiere a que el monarca leonés Alfonso VI tras la anulación de su matrimonio con Inés de Aquitania por la esterilidad de la reina, acordó su matrimonio con Ágatha de Normandía, hija de Guillermo y Matilde de Flandes, que había estado prometida con Harold antes de la invasión. La muerte prematura de Ágatha en 1080, frustró el compromiso por el que la princesa normanda podía haber sido reina de León.

Como vemos, para los amantes o curiosos de la historia, el arte o los paisajes sorprendentes, la visita a Bayeux puede resultar muy recomendable.  Evidentemente no se puede dejar de lado su gastronomía. Normandía es la tierra de la sidra, el calvados y el camembert, pero también de excepcionales productos hortícolas de temporada y exquisito pescadMOULES_FRITESo y marisco, siendo los precios bastante asequibles.

Un tema importante a tener en cuenta es la bebida. Es posible su coste 0,00 € en prácticamente todos los lugares, si en vez de pedir agua, vino o cerveza, solicitamos una “carafe d´eau” (jarra o recipiente con agua de grifo), asunto impensable en los restaurantes españoles. Una recomendación, si hay ocasión se deben probar los “moules et frites”, otra manera de degustar los mejillones que para nosotros es sorprendente y extraña, pero que resulta original y muy sabrosa.







- El Tapiz de Bayeux. Joseph Kronheim.
- 911-2011. Aniversario: 1100 años formación de Normandía.
- Cementerio americano de Colleville-sur-Mer, sobre la playa de Omaha.
- Mapa del Desembarco aliado.
- Panorámica actual playa de Omaha.
- Arromanches. Restos puerto artificial aliado.
- Vistas de Bayeux.
- Recreación: bordado del Tapiz.
- Reproducción del Thorvald. Patio Centro Guillermo el Conquistador.
- Tapiz de Bayeux. Sala Harold, Centro Guillermo el Conquistador.
- Idem.
- Fragmento Tapiz. Guillermo, sobre su caballo español, se muestra a sus hombres levantando el casco.
- Batalla de Hastings. Tom Lovell.
- Guillermo el Conquistador. Pintura del XIX.
- Fragmento del Tapiz.
- Moules et frites.
- VIDEO: YouTube, "Qui le droite" por Ana Torroja y Patrick Bruel (thefuegotiger).