domingo, 24 de mayo de 2009

Vía de la Plata


Hace unos días, recorrí de norte a sur la denominada “Autovía Ruta de la Plata” (A-66). Durante el viaje se hicieron comentarios y surgió el interés por su origen, nombre, y, sobre todo, por la actual polémica acerca de cuál es la verdadera, la originaria vía.


Tanto la actual autovía A-66, como la N-630, que recorren verticalmente el oeste peninsular, nada tienen que ver con la ruta romana de hace dos mil años, salvo que mantienen un trazado similar a lo largo de alrededor de 500 kilómetros, uniendo algunos núcleos importantes de población como en la antigüedad, pero, de ningún modo, ambas carreteras siguen el trazado original.


La Vía de la Plata es un trayecto romano concreto citado en el “Itinerario de Antonino” (ss. II-III dC), la más antigua compilación de itinerarios del Imperio Romano. Basándose en el “Itinerario de Antonino” y en los “Vasos Apolinares”, el académico de la Historia, Eduardo Saavedra, fija en 1862 en un mapa peninsular los 34 tramos de calzadas existentes en la Península, siendo el itinerario XXIV el que comunicaba la capital de la provincia romana de la Lusitania, Emerita Augusta (Mérida), con Asturica Augusta (Astorga), capital del Conventus Asturum.


Esta ruta se conformó sobre un trazado secular, que fue utilizado, en principio, como senda natural del pastoreo estacional, pero también por la expansión comercial hacia el norte de la importante cultura tartésica, como demuestran los restos arqueológicos conservados, y, con seguridad, por las tropas del general cartaginés Aníbal en sus incursiones militares al norte de la Meseta.


Por ella transitaron suevos, vándalos y alanos y por ella penetraron como un torbellino hacia el interior, las tropas musulmanas en su conquista del 711-713; fue protagonista también de las devastadoras campañas de Almanzor contra el Reino de León y, por supuesto, de las cabalgadas de los leoneses Ordoño II, Alfonso VII o Alfonso IX a territorios musulmanes. Con el tiempo, fue salida y entrada peninsular, un viaje de ida y vuelta hacia América de hombres, conocimientos y cultivos, que, de alguna manera, han marcado la historia económica, religiosa y cultural de América y Europa.


La llegada de Roma a la Península Ibérica, motivó un impulso muy importante para este antiguo camino. Para cualquier estado, las infraestructuras viarias suponen la columna vertebral que sostiene y aglutina su territorio, por ello el Imperio Romano se esforzará en construir y acondicionar sus redes de calzadas. La comunicación entre Mérida y Astorga, permitirá realizar un rápido enlace comercial y militar entre el sur peninsular y los principales asentamientos militares romanos del noroeste, como es el caso de Astorga y de Legio (León).


Las obras se inician durante el reinado de Augusto y no finalizarán totalmente hasta comienzos del s. II, en tiempos del emperador Trajano, resultando en la actualidad una de las calzadas mejor conservadas del Imperio, y en pleno proceso de recuperación en distintos tramos.


Su denominación actual hace pensar en un antiguo e importante itinerario comercial de minerales, en el que predominaría la plata extraída de las minas de Almadén, que sería trasportada al norte para después continuar su viaje hacia Roma, o de otros metales que, desde los fabulosos yacimientos leoneses, se dirigirían hacia la capital de la Lusitania, Mérida, la denominada “Roma hispana”.


Pero no es así. En el siglo XVII ya se intentó explicar esta designación haciéndola proceder de la palabra latina lata, que significa “ancha”, o por el de platea, cuyo significado es “calle ancha”. Sin embargo, el nombre vulgar de “Vía o Ruta de la Plata” procede del vocablo árabe balata, que viene a significar “camino de piedra” o “camino empedrado”, con el fin de diferenciarla de las otras calzadas no adoquinadas. Al apenas pronunciarse la primera vocal (b`lata), con el tiempo originó la voz “plata”.


Esta distinción entre las características de las calzadas no resulta incoherente, ya que los romanos construían tres tipos de vías: las que simplemente se desbrozaban y se aplanaba el terreno (terrenea), las que además de allanar, a la vez se apisonaba (injecta glarea), y las empedradas o enlosadas (stratis lapidibus), como este caso, que daban forma a una superficie llana, de entre 5 a 7 metros de ancho, ligeramente abombada con el fin de drenar el agua y con cunetas en los laterales.


Actualmente existe una gran polémica sobre el itinerario real de esta ruta. Hace 30 años un empresario asturiano de transportes denominó a la carretera nacional N-630, que trascurre desde Gijón a Sevilla, “Ruta de la Plata”, sin tener en cuenta en aquellos momentos, la trascendencia del error y la importante repercusión posterior al desenfocar por completo la realidad histórica.


El reclamo turístico-cultural hizo sus efectos, y varios municipios ajenos por completo al origen de este itinerario, “inventaron” su pertenencia a la calzada romana, creando la Red de Ciudades de la Ruta de la Plata, con el fin de recrear y fomentar una falsificación, a base de dinero, declaraciones penosas, promociones, exposiciones, etc., y sin ninguna base real.


Frente a este atropello cultural, surge la “Asociación de Pueblos en Defensa de la Vía de la Plata”, poniendo de manifiesto que, con esta mentira histórica, se hurta el desarrollo de decenas de pueblos de Extremadura, Salamanca, Zamora y León, que son titulares patrimoniales de la ruta y que merecen las inversiones públicas para conservar y rehabilitar esta calzada. Se les priva injustamente de sus intereses y de conseguir un desarrollo sostenible, rentabilizando el enorme potencial económico que supone el turismo cultural y de la esencia de su valor social, como ruta o vía de comprensión de su cultura.


En definitiva, la Vía de la Plata (el camino de piedra) trascurría exclusivamente entre las poblaciones de Mérida y Astorga, y a él se le unían muchos territorios hispanos a través de una red de calzadas secundarias que sirvieron para la comunicación de Mérida con el sur, y desde Astorga, con el este y oeste peninsular, y, seguramente, hacia Asturias, aunque en este último caso, no hay ninguna señal en los itinerarios de la época.


No se debe dañar, alterar ni apropiarse de las señas de identidad de la calzada. Los esfuerzos deben dirigirse a una visión general e integradora, sin exclusiones, manteniendo y promocionando políticas coordinadas que engloben el resto de las Vías que se hermanan y armonizan en este corredor geográfico, pero sin desfigurar ni tergiversar la realidad y la Historia.


* Miliario de la Vía de la Plata.
* Uno de los 4 Vasos Apolinares encontrados en Vicarelo (Lacio).
* Mapa de Eduardo Saavedra (1862).
* Columna Trajana. Detalle: construcción calzada por el ejército.
* Mérida. Tramo de la Vía de la Plata.
* La Legión en marcha.
* Mérida. Templo de Diana.
*Astorga: Murallas, Palacio de Gaudí y Catedral.

12 comentarios:

Sabor Añejo dijo...

Que interesante Fonsado. Y yo desconocía todo ésto. Ni por asomo imaginaba que el nombre Via de la Plata provenía de un vocablo árabe. Por Dios con lo que me gusta a mí la historia y desconozco detalles como éste y otros muchos que apuntas en tu entrada. Y es que en realidad es tan poco lo que sé...
Gracias por esta entrada tan magistral.

Un abrazo

Juan Duque Oliva dijo...

Entonces la Vía de la Plata que está por aquí es más bien de asfalto, pues vaya, menos mal que nos quedan otras vías para seguir.

Otro fantástico trabajo Fonsado, es un lujo leerte.

Un abrazo

El León Curioso dijo...

Como siempre, es una gozada leerte. Creo que con esta entrada nos has hecho ver a muchos el error en el que estábamos respecto al origen y al trazado real de la mal llamada Ruta de la Plata.

Gracias y un saludo.

América dijo...

Estimado amigo,ayer estuve en tu blog,pero se cerraba la pagina,parece que aunque resuelto parcialmente el problema la ventana de Explorer señalando que no puede abrir la pagina persiste a ratos,de hecho para entrar ahora lo intente tres veces,no es "culpa" mía pues otros blogs están en la misma situación....Bueno ....

Realmente tus entradas son un lujo en todos los sentidos,yo admito que desconocía el tema pero no importa se lee lo necesario para poder participar,recorrer de norte a sur la denominada “Autovía Ruta de la Plata",y poder hacer estas reflexiones es todo un privilegio,me encanto el origen del nombre vocablo árabe balata, que viene a significar “camino de piedra” o “camino empedrado”,así como la explicación respectiva,excelente iniciativa de la “Asociación de Pueblos en Defensa de la Vía de la Plata”,necesidad real ante lo que expones,no solo por la memoria histórica si no por los recursos para preservar la autentica.

Excelente trabajo digno de una publicación. Un abrazo.

COSINASDELEON dijo...

Siempre habia pensado que el nombre de Via de la Plata tenia algo que ver con la plata que llegaba a Sevilla desde America......que equivocado estaba.

Víctor dijo...

Ameno e interesante artículo. Aún mejor la foto con la que inicias tu blog ;o).

Un besito

fonsado dijo...

SA. A veces lo cotidiano se nos escapa entre los dedos, ¿verdad?. Desde aquí felicitarte por tus entradas que "mueven" tantos recuerdos. Saludos.

LdG. ¡Pues claro que quedan muchas más vías! Gracias y un abrazo. Todo saldrá perfecto el día D.

León C. Si alguien muestra la "realidad" de la ciudad y se preocupa por implicarnos ... ya sabes quien es. Un abrazo.

fonsado dijo...

América. Gracias nuevamente por interesarte por asuntos tan lejanos para ti. Un fuerte abrazo.

CdL. Hay cosas que tenemos delante y nos empeñamos en mirar solamente las que están detrás. Un saludo.

Víctor. ¡Por fin esa "sirenita" con compañía! BESINES.

Elva dijo...

Siempre pensando que era una ruta antigua de explotación de minerales ¿?. Una aclaración magnífica.

Anónimo dijo...

¿Cómo es posible entonces el fomento y publicidad de la ciudad de Gijón como punto de partida de la ruta?
Según cuentas la pertenencia de Gijón casi es un chiste. Gracias

María dijo...

Es una lástima que se se pierda el "intento" de divulgación de esta Vía para conocer lugares de gran interés, como alternativa turística y cultural a lo largo de hermosos paisajes.
Enhorabuena.

fonsado dijo...

Elva. Como ves, el nombre que todos conocemos no tiene nada que ver con la explotación y el traslado de minerales.

A. La única explicación que existe es la promoción turística "sea como sea", en suma, el dinero. Asturias, y por supuesto Gijón, NADA tienen que ver en este tema, salvo la buena visión del empresario de trasportes.

María. ¡Cuánto tiempo! No todo será así. Hay buenas perspectivas de futuro (Extremadura y Astorga se mueven), y todo resultará muy positivo si la opción histórica sale "triunfante".