sábado, 23 de marzo de 2013

Semana Santa: Simón de Cirene y el regidor de Valladolid


“Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón y le obligaron a que llevase la cruz”. Mateo 27, 31-32.

“Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús”. Lucas 23, 26.

“Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle. Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz de Jesús”. Marcos 15, 20-21.

           

Cuentan que Simón había nacido en la ciudad norteafricana de Cirene. Era un hombre de mediana edad, barbado, de ojos hundidos y, aparentemente, fuerte. Cuando ese fatídico día volvía del trabajo, se encontró inmerso entre un gentío que gritaba e insultaba, pero también con otros que clamaban pidiendo justicia.

Ante sus ojos aparecieron tres condenados que se dirigían, a golpe de látigo, al monte cercano, conocido como Gólgota, para ser crucificados. Uno de ellos, recibía la mayoría de insultos, golpes y salivazos. Tenía poco más de 30 años, barba y pelo largo, sobre el que habían clavado una corona de espinas. Este individuo le pareció a Simón diferente. Su mirada no era la de una persona culpable. Aquel hombre, que no se dirigía a sus agresores con odio, no era posible que pudiera haber hecho nada malo.

Mientras lo observaba, el condenado cayó al suelo bajo el peso del madero que cargaba, y en el que iba a ser crucificado. Los soldados romanos que custodiaban al reo, se fijaron en Simón y, sacándole a empujones de entre la multitud, le obligaron a ayudar al hombre ensangrentado. Cargó el pesado madero y siguió los pasos de aquel condenado que, sin haber mediado palabra entre ellos, inexplicablemente, le hacía sentirse bien.

Llegados al destino, al punto más alto de aquella loma, los soldados le apartaron a empellones de la cruz y, sin saber realmente el porqué, se quedó a los pies del crucificado hasta que éste, pasadas unas horas, expiró.

Esta es la breve historia del hombre que ayudó a llevar la cruz a Cristo hasta el Calvario, hasta el lugar donde finalmente fue torturado y muerto. Este es Simón de Cirene, conocido como el “Cireneo”, prototipo de hombre bondadoso, compasivo y piadoso, que, puntualmente, aparece todos los Viernes Santo en la ciudad para rememorar aquel suceso.

Desde antiguo, la imagen leonesa de Jesús Nazareno, realizada en la primera mitad del XVII y propiedad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, es acompañada por Simón de Cirene, quien le auxilia para llevar la cruz, según cuentan los Evangelios. 

La primera talla de la que tenemos referencia relativa a esta figura del Nuevo Testamento es de 1674, fecha en la que la Cofradía encarga al escultor Francisco Díez de Tudanca:
”… a de acer un cireneo también de bulto para ayudar a llebar la cruz de Jesus Naçareno”,
Y es que, en aquellos momentos, se le había encargado al artista que, “… a de aguecar la imagen de Jesús Naçareno que tiene la compañía y ponerlo lo mas ligero que se pueda y volverlo a cobrir en la forma que oy esta”. Todo esto hace pensar lo difícil y gravoso que debía resultar contratar braceros para procesionar, buscado de esta manera aligerar el peso de las tallas haciéndolas más livianas, para reducir el coste que implicaba la puja de las imágenes.

No se conoce el destino de la imagen del Cireneo realizada por Díez Tudanca, al perderse la mayoría de la documentación de la Cofradía correspondiente a los ss. XVII y XVIII. Sin embargo, en el XIX se tiene constancia de reparaciones hechas a una figura de Simón de Cirene a base de repintes y reparaciones en manos y cara, pero se ignora si se trata de la misma talla encargada a Tudanca, u a otra realizada con posterioridad. 
Por las imágenes fotográficas que nos ha llegado de los desfiles procesionales de primeros del s. XX, creemos, por las características de la talla del “Cireneo”, que esa no puede tratarse de la obra de Díez de Tudanca; en primer lugar porque se trata de una talla desproporcionada, infantil y de mala hechura, impropia y ajena por completo a las formas y  hacer del gran artista. En segundo lugar, porque de la obra encargada al escultor por la Cofradía del Dulce Nombre, concretamente dos pasos completos con cinco figuras cada unos (“El expolio” y “La coronación de espinas”), solo se conserva el Cristo perteneciente a “El expolio”, que procesiona el Viernes Santo incluido en la procesión de Los Pasos. El resto de figuras, un total de nueve, se han perdido.

Este “Cireneo” anónimo, estuvo desfilando en la Cofradía hasta 1940. El año siguiente se reemplaza por otra imagen, al parecer de cartón piedra, procedente de talleres catalanes, y que se mantuvo muy poco tiempo. Seis años después, en 1946, se acuerda con el santanderino Víctor de los Ríos Campos, afincado en esta ciudad durante un tiempo, debido a su matrimonio con una prestigiosa dama leonesa, Dª Catalina Fernández Llamazares, una nueva imagen del “Cireneo”. Ésta es la que actualmente se incluye en la procesión de “Los Pasos” en el Viernes Santo, “compartiendo” el peso de la cruz con el Nazareno. Es una talla enormemente realista, que representa a un hombre fuerte, casi calvo, con barba y gesto adusto.  


Según los datos que ofrece la Cofradía, esta talla leonesa posee dos túnicas realizadas en los años 90, donadas por hermanos de la Cofradía. Anteriormente se cubría con una burda túnica marrón que dejaba piernas y hombros al descubierto. Como curiosidad, mencionar que tanto el “Cireneo” como el Nazareno, se acoplan en un espléndido trono realizado a mediados del s. XX, y que perteneció a la Hermandad de San Gonzalo de Sevilla. Pesa 1300 kg. y tiene asignados para pujarlo 96 braceros.


El conjunto escultórico formado por el Nazareno y Simón de Cirene, posiblemente el paso más emblemático de la Semana Santa leonesa, estuvo presente en 2011 en las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebraron en Madrid. En esta ocasión, la imagen del “Cireneo” fue más protagonista que el Nazareno, ya que en el Vía Crucis organizado como motivo de la visita de Benedicto XVI, el paso leonés representó la “VII estación”: “El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz”.

En el Paseo de Recoletos de Madrid en el altar destinado a la “VII estación”, el paso recibió la bendición del Papa, para más tarde, una vez finalizado el Vía Crucis, participar en la procesión conjunta de todas las imágenes, desde Recoletos a la Puerta del Sol, donde se recogió en el conocido edifico de la Comunidad de Madrid. El conjunto de León fue uno de los más aclamados en la procesión de regreso, donde una votación popular, promovida por A3TV, le otorgó el primer puesto entre todos los pasos (http://alcieloleon.blogspot.com.es/2011/08/leon-en-las-jornadas-mundiales-de-la.html).

                       Video: rodritriana / Jesus Nazareno de León - JMJ Madrid / 2011
                                                       Calle de Alcalá hacia La Puerta del Sol

Pero no todo son interesantes noticias. Por desgracia, existen otros “cireneos”, que nada tienen que ver con la figura del Evangelio. Éstos son dementes y crueles, muchos de ellos desequilibrados, que “ayudan” sin que el reo, el condenado lo desee, porque lo que realmente buscan y persiguen es la rápida desgracia, la fulminante ruina de los demás. Les invade una envidia visceral, la preocupación de quedarse sin siervos, de perder poder o privilegios. Este es el caso del patético Sr. León de la Riva (que desperdicio de apellido), perenne regidor de Valladolid.

Este “cireneo”, que guarda cierto parecido físico con nuestro Simón de Cirene (salvo en el porte, éste más "delicado"), lleva años “ayudando” a la ruina y el descrédito de esta ciudad y provincia, y no parece cejar en su enfermiza causa hasta que León llegué lo más rápido posible a su Gólgota particular, al Calvario en el que este iluminado, junto con la economía, el paro y nuestros propios político/as, pretenden crucificarnos.

Sus últimas declaraciones sobre la vulgaridad de algunas Semanas Santas, con claras referencias a esta ciudad que le obsesiona, forman parte de esa “ayuda” permanente con la que, de vez en cuando, nos obsequia. Estas afirmaciones nos hacen recordar y reflexionar sobre lo que este personaje declaró en su día refiriéndose a Manuel Fraga: “A determinada edad, lo mejor es no hacer declaraciones”. Solo nos consuela el hecho de pensar que, tanto malestar e insidia, suele producir en estos individuos insomnio, ansiedad y un profundo malestar general.

En los medios leoneses, las declaraciones irónicas de este individuo con su típica sonrisa chulesca de “medio lao”, como es habitual, han tenido eco y han sido muchos los que le invitan buenamente a acercarse a León para observar de primera mano sobre lo que no conoce. Pero este desplazamiento no resultará fácil. En su tierra, en estos días, necesitan muchos hombres “piadosos” y amantes de la "verdadera" Semana Santa como él, para remolcar y empujar las carretas o carromatos en las que se montan, hay que reconocerlo, grandes muestras de la imaginería del s. XVII-XVIII, siendo muchas de ellas "prestadas” por el Museo Nacional de Escultura para que desfilen por la ciudad, asunto que muchos desconocen.

Todos tenemos la imagen reciente de la Cofradía o Hermandad vallisoletana que participó en las Jornadas Mundiales de la Juventud, de la que ya hemos hablado, y que presentó la exquisita imagen de la Piedad, del gallego Gregorio Fernández, la única talla que lucía en el frente de su trono, bien visible, la matrícula, el escudo y nombre de la ciudad de Valladolid ¿?. Dicha imagen se transportó, como suele, sobre un carretón por las calles de Madrid, tirada por “cofrades”, y empujada a dos manos por detrás. Mientras, la música de la correspondiente banda, sonaba descompasada con la marcha “rodada” de la Virgen: la música religiosa y la rueda no son muy compatibles.

                             Video: Serpentinata. La Piedad (Valladolid) - JMJ Madrid 2011

Y es que hay Semanas Santas “ Muy Internacionales” donde predominan con profusión las ruedas, los colores chillones, los caballos, los lábaros, estandartes, banderolas y pendones, los incensarios, faroles y cruces churriguerescas, las capas multicolores, los monaguillos, los capirotes más altos del mundo, los “préstamos” impagables del Museo Nacional de Escultura, y los arzobispos vascos promotores. Todo un espectáculo, pero con justa tradición y una excesiva, continua y aburrida verborrea: "…es la mejor, la más sublime”; o como promociona este año la alcaldía presidida por este "cireneo": "La mayor historia jamás contada" (¡Qué casualidad! Me suena muy catalán).



- Cireneo y Cristo. Tiziano.
- Nazareno y Simón de Cirene. León.
- Simón de Cirene años 50. Víctor de los Ríos.
- Primeros del XX: ¿Tudanca?
- Años 40: cartón piedra.
- Simón de Cirene, actual. Víctor de los Ríos.
- Víctor de los Ríos: Años 40. Con la Soledad de Jesús Divino Obrero. Años 90.
- Paseo de Recoletos. "VII estación". JMJ/Madrid/2011.
- Video: rodritriana / Jesus Nazareno de León - JMJ Madrid / 2011.
- León de la R.
- La Soledad. Gregorio Fernández.
Video: Serpentinata. La Piedad (Valladolid) - JMJ Madrid 2011.
- Simón de Cirene (detalle). Víctor de los Ríos.




6 comentarios:

Enrique Soto dijo...

¡Bravo! Oportuno y muy bien contado.
Un fuerte abrazo
Saludos desde Astorga, donde nuestra Semana Santa no está coja, pero mejor que "uno" ni se entere no sea que nos la "bendiga".

Leodegundia dijo...

Es una pena que hasta la Semana Santa sirva para que algunas personas molesten a los demás con sus declaraciones nada oportunas dando lugar a que se pierda lo que realmente significan estas fechas.

fonsado dijo...

E. Soto: Tienes toda la razón, con este hombre hay que tener mucho cuidado.
A ver si puedes disfrutarla. Parece difícil. Gracias y saludos.

fonsado dijo...

Leo: Es una fijación enfermiza. No pierde oportunidad de "largar" contra esta ciudad.
Será porque no puede ser al 100% el alcalde de la capital de la Comunidad, porque como dicen por ahí: esta es la Comunidad de Castilla y nunca de León.
Saludos

América dijo...

Fonsado gusto en saludarte:
Te felicito por tan excelente artículo, destaco la elegancia y valentía para hacer referencia a otros “cireneos”. Desde la historia, la tradición y la actualidad se agradece leerte.
Un abrazo.

fonsado dijo...

América: Largas vacaciones! Un placer volver a tenerte por aquí y participar en esta Semana Santa, llena de conflictos y de agua.
Un abrazo