jueves, 23 de marzo de 2017

“Plataforma Salvemos la Plaza del Grano”

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El sábado 18 y el lunes 21, pudimos leer los artículos de Ismael González Millán en la página www.salvemoslaplazadelgrano.com, en los que el autor se preguntaba sobre la posición de una asociación leonesa ante las obras de la Plaza del Grano.

No debe extrañar esta errática conducta. Desde hace años la pasión y la fuerza reivindicativa de esta agrupación se ha diluido como el azucarillo en el café. Café que suele poner fin a las hacenderas con indefectibles “merendola y bota”, como señala el autor de los artículos, y que según declaran los propios dirigentes: “Es nuestra actividad más emblemática y que mejor nos identifica”.

A esta altura del s. XXI las hacenderas no pasan de ser una anécdota. Tuvieron su momento reivindicativo. Anclarse en ese tipo de actividad refleja una evidente indolencia, ineptitud y una total falta de ideas, a la que no es ajena un extremado personalismo involucionista, tanto visible como oculto, que origina un endémico raquitismo tanto en pretensiones como en número de asociados.

El ejemplo lo tenemos en la posición que la asociación adopta y las declaraciones posteriores que realiza sobre la escabrosa remodelación de la Plaza del Grano. Su postura es fruto únicamente de un personalismo torpe y excluyente, conjugado con errática deriva en sus ideas y programas, alimentándose únicamente de fotografías y titulares convenientemente aderezados con "homenajes y galardones" de todo tipo.

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Hace tres años, en marzo de 2014, dentro de una entrada dedicada a nuestra Iglesia del Mercado (http://www.fonsado.com/2014/03/leon-iglesia-del-mercado.html), se daba cuenta de los problemas existentes con la futura remodelación de la Plaza del Grano que se avecinaba. La idea de algún “iluminado” movido por motivos inexplicables y en contra de la opinión pública y del sentido común, planificó dicha remodelación que, casualmente, posee un interesante y suculento presupuesto: más de 400.000,00 €.

La Plaza del Grano es la única plaza de la ciudad que conserva la esencia típica del antiguo urbanismo leonés. Amplia, tranquila, pintoresca, con fuerte sabor medieval, aún mantiene soportales y el único y más antiguo pavimento de la ciudad formado por cantos rodados. Sorprende encontrar en medio de la ciudad, un lugar en donde parece que ha quedado atrapado el tiempo, pero también sorprende el empeño a ultranza por cambiarla y modificarla en contra de la mayor parte de la sociedad leonesa y de varias instituciones y profesionales dedicados al estudio y protección del Patrimonio, aunque como vemos, no todas están a favor.


ÚLTIMOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN LA
PLATAFORMA SALVEMOS LA PLAZA DEL GRANO”

SÁBADO, 18 DE MARZO DE 2017

Resulta extraño que una asociación que tiene por objeto defender el patrimonio apoye unas obras que, a poco que se lea el proyecto, desfigurarán la plaza y destruirán un patrimonio histórico,  etnográfico, de primer orden.

Así lo manifiestan asociaciones y personas relacionadas con el Patrimonio, la Historia, la Conservación y Restauración de monumentos. Entre ellos, los siguientes:
Comité Español de la UNESCO para la Conservación de Monumentos y Sitios Históricos (ICOMOS España) (que el Ayto, en un alarde desvergonzado de manipulación, de trapacería, sitúa de su lado); Federación por el Patrimonio de Castilla y León; Asociación de Conservadores-Restauradores de Castilla y León (ACRCYL); La Communauté des Antiquisants de Nancy (Francia); Departamento de Patrimonio Artístico y Documental de la ULE; Valentín Cabero Diéguez (Ex catedrático de Geografía de las universidades de León y Salamanca. Ex decano de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca); Luis Grau Lobo (Director del Museo de León y Presidente de la sección española del Consejo Internacional de Museos) y Juan Carlos Ponga (Experto en patrimonio histórico de León), entre otros.

¿Entonces? ¿ Es que en Promonumenta son más listos que nadie? Si no es así, ¿Cuál es la explicación de que se preste a la aniquilación de este vestigio, “únicum” en Europa?

En primer lugar, ¿Es realmente la asociación, la que, colegiadamente, ha adoptado esa postura? Que sepamos, en ningún momento se ha adoptado tal acuerdo orgánicamente, sino que es una postura personal/presidencial, o de petit comité (cual conciliábulo de estornino y gavilanes). Que muchos socios están en contra de las obras, y acuden a los actos de la Plataforma, incluida la manifestación. Entre los otrora más activos, varios han abandonado sus responsabilidades en la asociación, algunos cesados, y otros abandonan el barco que zozobra; si antiguas asambleas congregaban al menos 70 socios, la penúltima quedó en unos 40, y la última en unos 12 asistentes. Otros muchos siguen de socios, por inercia, ignorantes –o indiferentes- del alcance real del proyecto municipal de reforma modernizadora de la plaza del Grano, de su trascendencia, de su irreversibilidad. Tampoco participan de otras muchas cuestiones que se cocinan en comandita.

Pero… ¡qué más da!, salir algún día que otro a quitar zarzas de algún monasterio en ruinas, con merendola incluida y bota de vino, parece llenar su vocación conservacionista (y si cae alguna subvencioncilla, por el colaboracionismo, mejor que mejor). Total la plaza del Grano seguirá estando ahí, aunque su bella estampa actual y su valor etnográfico incuestionable, haya que buscarlo en las fotografías, en alguna exposición del “León perdido”.

Mientras, en los “Principia municipalia” (cuartel general del Ayto.), Dña. Margarita de las “muy y mucho” altas torres (concejala de Cultura, Turismo y Patrimonio (¿quién lo diría?), conocedora de la “ruina montium” de Promonumenta (pues de ella salió, y sigue sus pasos muy de cerca, de la que según se cuenta, ha dicho: “Promonumenta, quién te ha visto y quién te ve”), se alegrará de su debacle y de tenerla a sus pies (de sus mentores), como coartada de legitimidad de la barbarie reurbanizadora.

Y hablando de esto, el ILRUV  Inst. Leonés de Renovación Urbana y Vivienda, (incrustada en el Ayto. a machamartillo) cumple a la perfección su objeto fundacional de reurbanización, a la par que da de comer a unos cuantos arquitectos, que hoy las obras están escasas, y arreglar baches sueltos de la plaza, sin más, no da para mantener el estatus de tanto arquitecto allegado.

LUNES, 21 DE MARZO DE 2017


Si ya es grave que Presidente y Vicepresidente de Promonumenta den el espaldarazo a las obras del Ayto. en la Plaza del Grano, sin contar con el aval colegiado de dicha asociación, es decir, pseudoinvestidos de una supuesta representación, que no es legítimamente otorgada en asamblea, es más grave aún, según ha comunicado personalmente el Vicepresidente (en llamada telefónica a quien suscribe), que digan que tal apoyo lo hacen de manera personal; y que la asistencia, por ejemplo, a las reuniones que convoca al Ayto., en las cuales no hay contestación alguna, lo es a título personal, según dicen, no representando a Promonumenta, ¡¡Alucinante!! ¿En base a qué, si no fueran los directivos de Promonumenta, les iban a invitar? ¿por su cara bonita? ¿por su simpatía personal? ¿por ser amigos de algún político municipal? ¿o es que, sencillamente, están siendo utilizados por el Ayto. para sus fines, e incautos ellos, no se dan cuenta?

Por si hubiéra alguna duda, la última invitación del ayto., para informar de la Plaza del Grano, se envió a la dirección de email “promonumenta.secretaria”, dirigido, en su interior a: “Estimado Sr./Sra”. Y digo yo.. si no lleva nombre personal, y va al correo oficial de la asociación, ¿Qué debe entenderse? ¿Qué invitan a representantes de la asociación, o a personas particulares? Señores directivos de Promonumenta, no nos tomen el pelo, y menos aún a sus socios. Si no van representando a la Asociación, no se va, y punto. Porque no se invita a fulanito ni a menganito, con nombre propio. Por el contrario, para que aprendan modales, por comparación, a la Secretaria de Ecologistas en Acción, que sí le llegó la invitación a su correo particular, evidentemente no asistió, entendiendo que ella, personalmente, no era quien para adoptar decisiones de tan importante calado. Y paradójicamente, habida cuenta de la importancia del tema en debate, no invitaron a Ecologistas en Acción, ni a la Plataforma Salvemos la plaza del Grano, ni a ningún concejal, ni grupo político de la oposición; por lo que se puede colegir, legítimamente, que solo invitan a aquellos grupos o asociaciones de los que esperan, presuntamente, por que lo tienen ya hablado, que van a contar con su apoyo, o sea, los palmeros agradecidos o menesterosos de gracias municipales.

Por el contrario, los directivos de Promonumenta asisten y apoyan al ayto., en sus obras de desfiguración de la plaza, sin haber pulsado la opinión de sus socios; alega el vicepresidente, sin ruborizarse.. “que no van a convocar asamblea para cada cosa que ocurre”. Esa es la importancia que le merece, a una asociación cuyo objeto es el cuidado y defensa de los bienes patrimoniales, nuestra querida plaza del Grano. Y dicen también, que en la asociación hay diferentes opiniones al respecto, así que.. para tomar partido sin convocar asamblea, tiran por la calle del medio, y defienden públicamente la suya propia (a título personal, eso sí, aunque el nombre utilizado por el Ayto. es el de Promonumenta). Nunca, como ante los hechos descritos, se entiende tanto aquella expresión de que no sabemos si reir o llorar.

Y es muy grave la cuestión, porque ese doble juego conlleva un fraude: el de apoyar al Ayto, a todas luces como Promonumenta, según entendimiento de la ciudadanía en general, y que algunos medios reconocen explícitamente (Diario de León, 8 de marzo: “…a quien respaldan -al Ayto.- las asociaciones vecinales, de discapacitados, arquitectos, comerciantes e incluso agrupaciones como Promonumenta”), sin que ellos lo desmientan, y después decir que van a título personal, para no tener que responder ante sus asociados, muchísimos (la mayoría, aventuraría yo) en contra de las obras, y ante otras instituciones, por tal espaldarazo a las mismas.

Este juego entraña una gran responsabilidad, y un engaño evidente, pues muchos ciudadanos, ante tal posicionamiento favorable, probablemente confíen en esta asociación -por la herencia recibida, que no por el mérito presente- , y en que las obras respetarán la configuración y fisonomía de la plaza, así como la tipología constructiva de sus pavimentos. Esto haría que mucha gente, por tal imaginado “aval”, asumiría el proyecto, sin oponerse a su ejecución, que es justamente lo que el Ayto. pretende con esas reuniones de ficticio consenso, obrando su inacción, por tanto, a favor de la reforma y desfiguración de la plaza, tal como es y la queremos. Los ingenuos creyentes de estos dos personajes, que no representantes de nadie, son traicionados con esa ambigüedad calculada.

Creo firmemente que los socios de Promonumenta han de tomar cartas en el asunto, si no quieren que la actual deriva de sus directivos les aboque al hundimiento del ya “muy tocado” barco contramonumental, además de contribuir, con su parte alícuota, ya oficial o ficticia, a la destrucción de la plaza del Grano, en cuanto a su valor histórico, etnográfico y sentimental para los leoneses.


sábado, 18 de marzo de 2017

150 años del MAN



A mediados del siglo XIX se fraguaba en Madrid, por parte del gobierno central, la creación de un Museo Nacional de Antigüedades donde se instalasen definitivamente las piezas de arte más sobresalientes del país, con el fin de salvarlas del “abandono” que habían provocado las distintas desamortizaciones.

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Administrativamente, el Museo se creó mediante Real Decreto de Isabel II de 20 de marzo de 1867, hace ahora 150 años, siendo ministro de hacienda y Fomento Manuel Orovio Echagüe. Unos meses despuésMonlau_thumb[3] se nombró su primer director, Pedro Felipe Monlau, instalándose, como sede provisional, en el palacete conocido como Casino de la Reina, ya que, el que sería su centro definitivo el Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales, se encontraba en plena construcción.

Aquella primera exposición en el Casino de la Reina reflejaba la filosofía y el criterio decimonónico de exhibir todos los fondos existentes. En la escasa superficie del edificio, se aglutinaron las colecciones de piezas prehistóricas, junto a muestras de arte antiguo, de la Edad Media y Moderna, además de colecciones sobre etnografía, numismática y patrimonio de distintos países. Era la primera vez que en España se mostraba y abría al público una exposición con tal variedad de piezas y objetos de tal enorme arco cultural y cronológico.

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La ciudad de León no fue ajena a la creación de esta Institución. Dos años después de su creación administrativa, concretamente el 9 de diciembre de 1869, siendo regente del reino tras la revolución, Francisco Serrano y Domínguez, se personaron en la ciudad el secretario del Museo, un vocal de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos, junto con un representante del Gobierno Civil de la provincia, procediendo a incautar en la Basílica de San Isidoro y posteriormente trasladar a Madrid para que formaran parte de los fondos del recién creado Museo, una serie de objetos artísticos.

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Las confiscaciones leonesas incluyeron un códice del s. XIV, un óleo sobre tabla, seis cofres, cajas o arcas de diferentes periodos, entre las que sobresalía un arca de ágata y plata del s. XI, y por supuesto, el magnífico y conocido crucifijo románico de marfil, que Fernando I y su esposa Sancha regalaron a la Basílica. De esta manera, se ejecutó uno de los saqueos de arte más significativos de la ciudad de León. En la entrada de 27-01-2013, fonsado / 9 de diciembre de 1869: Incautaciones en San Isidoro (http://www.fonsado.com/2013/01/la-incautacion-de-obras-de-san-isidoro.html), se detallan cumplidamente toda esta relación de objetos incautados.

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Esta situación no era nueva ni desconocida en la ciudad. Dos años antes, el propio director del Museo Arqueológico, Pedro Felipe Monlau, en uno de sus frecuentes viajes a León en busca de piezas para el Museo, localizó en la Iglesia de San Marcelo, concretamente sobre la propia talla del santo titular que preside el retablo del altar mayor, obra de Gregorio Fernández (s. XVII), una espada de las denominadas jinetas que la imagen de San Marcelo portaba al cinto.

El alto valor artístico-histórico de la pieza dio lugar a la realización de importantes gestiones o “presiones” por parte del ahora director D. José Amador de los Ríos, teniendo como resultado que, al año siguiente, la espada fuera “donada” por el Cabildo de la iglesia de San Marcelo al Museo Arqueológico, pasando a formar parte de los tesoros artísticos leoneses que se localizan, por una u otra causa, en Madrid. Ver entrada: fonsado / 11 de noviembre de 2009: La jineta de San Marcelo (http://www.fonsado.com/2009/11/la-jineta-de-san-marcelo.html).

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El origen de la espada leonesa es una incógnita. Es muy probable que llegara a León junto con el cuerpo de San Marcelo, y que fuera una ofrenda al santo realizada por Fernando el Católico que estuvo presente en la ciudad en los actos de marzo de 1493. Si fuera así, la espada pertenecería a algunos de los altos personajes nazaríes tras la conquista de Granada.

Después de pasar cerca de cuatro siglos colgada al cinto de la imagen de San Marcelo en el retablo del altar mayor de la iglesia leonesa, le esperaba su nueva y definitiva ubicación en Madrid para ser exhibida en el recién creado Museo Arqueológico. Pero no iba a finalizar ahí su historia, a la jineta leonesa le esperaba una nueva e inesperada aventura.

Como ya hemos señalado, la sede del nuevo Museo se decide construir en un solar existente entre el Paseo de Recoletos y Serrano. Hasta que finalizasen las obras del nuevo edificio, el Museo se ubicó en el Casino de la Reina, al sur del Madrid de la época. Se trataba de un pequeño jardín con palacete y unos pequeños pabellones, que habían sido casa de recreo de la reina Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII.
  
Amadeo I inaugura el Museo en 1871, todavía en su instalación provisional en el Casino de la Reina, en la madrileña Glorieta de Embajadores. En aquellos momentos el panorama político español resultaba desolador. En Madrid los motines y algaradas populares eran frecuentes. El 11 de diciembre de 1872, un grupo de insurgentes republicanos salieron a la calle siendo uno de sus objetivos el Museo Arqueológico.

Manifestación del pueblo de Madrid en la Puerta del Sol durante la revolución de 1868, obra de J. Casado del Alisal_thumb[2]_thumb[1]

El asalto al Museo no formaba parte de la acción político-revolucionaria de los alborotadores, sino que, únicamente, se trataba de conseguir cualquier tipo de arma allí expuesta. Antonio García Gutiérrez, director en aquel momento del Arqueológico, relató los sucesos de aquella noche:

Entraron en el denominado Salón Árabe, sin que se les pudiera oponer resistencia. Los cinco individuos del cuerpo de orden público que guardaban el establecimiento no tenían otras armas que tres revólveres por lo que, notando la insistencia con que los amotinados les buscaban, creyeron prudente ocultarse. El conserje del Museo trató de calmar la violencia de los amotinados, ebrios en su mayor parte, haciéndoles algunas concesiones, como un revólver de su propiedad y una carabina del jardinero. No pudo impedir que otros se apropiaran de unas armas antiguas de poco valor, salvo una espada granadina que es la única pérdida importante a lamentar.

La llegada de los soldados provocó la huida de los asaltantes que rápidamente desaparecieron por las calles adyacentes al Museo. Uno de aquellos revolucionarios se llevó con él la jineta de San Marcelo, hecho que pudo haber sido el final de la historia de la pieza. Sin embargo, la suerte quiso que durante su ronda habitual dos civiles militarizados, miembros del 10° Batallón de Voluntarios de la Libertad, escuchasen gritos y vivas a la República.

Localizados los alborotadores, los militares les dieron el alto efectuando uno de ellos un disparo al aire que produjo la huida instantánea de los dos amotinados, soltando lo que llevaban en las manos: una vieja bayoneta y una espada antigua, espada que resultó ser la jineta de San Marcelo, robada momentos antes del Museo y que de esta manera pudo regresar a los fondos del mismo.


A finales del siglo XIX el Museo se traslada a su nueva sede en Recoletos, una vez finalizado e inaugurado el edificio del Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales por la reina regente María Cristina y los reyes de Portugal.
  
Es una nueva e interesante etapa, protagonizada por las nuevas adquisiciones, los importantes hallazgos arqueológicos y, sobre todo, por la guerra y la pérdida de las colonias, que generan una nueva ideología nacional cerrada al mundo y centrada en la historia y los orígenes propios. Esta tendencia se extiende también al Museo Arqueológico que cobra un nuevo sentido ajustando su montaje a la historia y arte español, filosofía que mantendrá durante todo el s. XX y que se ha subrayado asimismo en la última y reciente remodelación.

La guerra civil paralizó por completo la actividad y proyectos del Museo. En previsión de daños, se retiraron las piezas de pedestales, salas y vitrinas, guardándose en cajones apilados dentro de un andamiaje.

Finalizada la guerra civil se hizo cargo en la dirección del Museo de 1939 a 1951, Blas Taracena Aguirre que, una vez solucionados los problemas surgidos de la contienda, consiguió abrir al público hasta 1951 una instalación provisional, conocida como “Museo resumido” o “Museo breve”, en el que se mostraban las piezas más representativas de los fondos.

Taracena_thumb[1]De 1952 a 1966, bajo la dirección de Joaquín María de Navascués, se consolida un nuevo proyecto museístico adecentando salas y empleando nuevos e innovadores materiales expositivos. De 1968 a 1981 con el nuevo director, Martín Almagro Basch se remodela totalmente el edificio pasando a tener cinco plantas, y a partir de 1988 se plantea una nueva remodelación: se amplía espacio bajo el jardín existente en la fachada de la calle Serrano, se reorganiza el archivo y comienza su informatización.

Entre 2008 y 2013, bajo la dirección de Rubí Sanz Gamo y la actual de Andrés Carretero Pérez, se ha desarrollado la última e significativa reforma del edificio en el que se ubica el Museo Arqueológico Nacional y la reinstalación de su exposición permanente. Según se indica en la página web del MAN: “El edificio se ha acondicionado logrando que sus espacios se distribuyan más racionalmente, sean más accesibles, dispongan del equipamiento tecnológico necesario y respondan a los criterios de confortabilidad y seguridad requeridos para hacer cómoda y placentera la estancia en él.

La ampliación de las áreas públicas permite ofrecer a los visitantes una zona de acogida en condiciones idóneas, exponer nuevas colecciones, ofertar una amplia variedad de actividades simultáneamente y poner a su disposición nuevos servicios.

La renovación museográfica de las salas de exposición incorpora todos los medios técnicos y de comunicación que pueden favorecer la puesta en valor de las colecciones y la comprensión del discurso expositivo histórico propio del Museo, convenientemente actualizado y reinterpretado a la luz de los nuevos descubrimientos científicos.”

Como ya hemos señalado con anterioridad, y tras su creación administrativa en marzo de 1867, unos años más tarde, concretamente en 1871, tuvo lugar la inauguración del Museo Arqueológico Nacional, en el palacete conocido como Casino de la Reina. El acto comenzó a las 5 de la tarde con la asistencia de autoridades y del propio monarca Amadeo de Saboya.

Como se puede leer en el recorte de prensa de la época, los jardines del palacete se engalanaron para la ocasión. Se realizó la lectura del discurso inaugural y, seguidamente, comenzó a sonar, interpretado por la banda del Regimiento de Cantabria con la participación de un coro de cuarenta miembros y las voces de cincuenta alumnos del Conservatorio, un himno para la ocasión cuya partitura fue compuesta por el maestro Emilio Arteta.

Tras seis años de reforma integral, en marzo de 2014 el MAN reabría sus puertas. A las 7 de la tarde, la cantata de la inauguración interpretada en 1871, “Cantata a la Patria”, volvía a ser interpretada esta vez por la Banda Sinfónica de Madrid y el Coro Nacional de España en la escalinata de entrada al Museo, entre las características esfinges de bronce.

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- Video del MAN.
- Primera piedra del Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales.
- Pedro Felipe Monlau.
- Sala de Numismática. Casino de la Reina.
- Casino de la Reina.
- Piezas expoliadas de San Isidoro. Ver entrada.
- San Marcelo y jineta. Ver entrada.
- Manifestación Puerta del Sol en 1868. José Casado de Alisal.
- Inauguración Museo en el Casino de la Reina, 1871.
- Sala Museo durante la Guerra Civil.
- Joaquín María de Navascués.
- Recorte prensa. Inauguración 1871.
- 2014: el MAN abre de nuevo sus puertas. Cantata de Arriola.