viernes, 14 de agosto de 2009

La Columna Trajana y la muralla altoimperial de León


Después de las entradas sobre la Legio VII y los recintos defensivos romanos a lo largo de cuatro siglos en la ciudad de León, me han preguntado varias veces por la situación y los restos de la muralla que construye la Legio VII en el s. I dC., la primera con material pétreo, y que es anterior a la que hoy se puede observar en distintos tramos de la ciudad.


Este tercer recinto es denominado "muralla altoimperial", y para un mejor conocimiento y comprensión de la entrada, hablaremos primero, aunque sea escuetamente, de la Columna Trajana. Veremos porqué.


Erigida en Roma por el emperador Marco Ulpio Trajano como monumento conmemorativo y funerario, la Columna Trajana tiene 38 metros de altura, incluyendo su pedestal en el que un día estuvieron las cenizas del propio emperador, y la misma altura que al parecer tenía el monte devastado para realizar el foro de Trajano, entre el Capitolio y el Quirinal.


Concluida en el año 114 dC., sus 18 gigantescos bloques de mármol de Carrara de 4 metros de diámetro, están recorridos por un friso en espiral que mide unos 200 metros y que da 23 veces la vuelta a la Columna. En su interior existe una escalera de caracol que permite el acceso a una plataforma-mirador en su parte superior.


Sus extraordinarios bajorrelieves revelan las victorias de Trajano sobre los dacios, resultando una auténtica “exposición fotográfica” de la antigüedad, al mostrar detalladamente muchas de las costumbres y actividades del ejército romano, desde la uniformidad, los emblemas, las armas, etc., hasta sus prácticas y hábitos, tanto en su vida cotidiana, como durante las campañas militares.


Entre la variedad de escenas existentes, nos vamos a centrar en varias en las que grupos de soldados trabajan, perfilan, trasportan y colocan pequeños bloques de piedra (sillarejos) como material principal en la construcción de la muralla de un campamento. Y aquí la relación entre la Columna Trajana y la "muralla altoimperial" leonesa; el recinto defensivo que están construyendo los legionarios de Trajano es de idéntica factura al que los soldados de la Legio VII Gemina levantaron en la misma época, en el siglo I dC., en la ciudad de León, por lo que existe testimonio excepcional de como y de que manera los legionarios romanos asentados en la ciudad edificaron la muralla leonesa.


Este tercer recinto se levanta aprovechando las anteriores defensas mediante la realización de unos potentes cimientos de canto rodado, y un muro de aproximadamente 2 metros de anchura realizado en opus caementicium, con un revestimiento exterior de opus quadratum, pequeños sillares (sillarejo) unidos con argamasa. Algo muy parecido a lo que muestra la imagen de la derecha, y con idéntica estructura frontal que las construcciones que se observan en la Columna Trajana, en donde legionarios de Trajano, también en el s. I dC., realizan todas las labores necesarias para su edificación.


Son escasos los restos existentes en la ciudad de esta tercera defensa romana. Sin embargo, existe un lugar interesante desde donde son perfectamente visibles, concretamente a la izquierda de la escalinata que sube desde la calle Ramón y Cajal a la Plaza de la Basílica de San Isidoro, junto a la Torre del Gallo. Desde allí, se tiene una pequeña pero ilustrativa perspectiva de la unión de los dos recintos defensivos romanos de la ciudad de León, la "muralla altoimperial" del s. I y adosada a ella hacia el exterior la "muralla tardorromana" de ss. III-IV dC.; estas dos construcciones formaron una imponente y espectacular defensa de más de 7 metros de anchura por 10 de altura.


Resulta una muestra arqueológica excepcional en pleno centro de la ciudad. Es un yacimiento único en el mundo romano, en el que es posible comprobar las dos murallas adosadas. Desde ese lugar privilegiado en espacio y visión, gracias a las amplias escaleras, se pueden contemplar los restos perfectamente desde distintas posiciones y alturas. Manteniendo la distancia idónea para no interferir en su conservación, se observa perfectamente la unión de los dos recintos defensivos romanos superpuestos que protegían un asentamiento legionario de aproximadamente 20 ha, más de 30 campos de fútbol.


Inexplicablemente el yacimiento carece de paneles explicativos o de interpretación en el lugar. Ilógicamente, a más de 30 metros aparece uno de los polémicos "monolitos" (¿legales, ilegales? ¿quién fue el "artista"?), con un simple texto, sin explicaciones ni ilustraciones concretas, cuya única función es certificar a los expertos o conocedores del lugar lo que allí existe. Los profanos, turistas, vecinos y curiosos se quedan como estaban, sin saber absolutamente nada del yacimiento y lo que allí se encuentra.


Es otra muestra más de la incompetencia (políticos y "expertos") y del desinterés por recuperar, proteger y mostrar al mundo, el segundo recinto amurallado romano más importante de España, que, a pesar de haber sido declarada Monumento Histórico Artístico en 1931 y estar protegido por distinta legislación posterior, continua con su progresivo deterioro y abandono.


No existen actuaciones contundentes y definitivas por parte del Estado ni de la Junta de Castilla y León, que, por ejemplo, ha preferido dedicar cerca de 100 millones de euros (16.000 millones de ptas.) a un nuevo, gigantesco y ¿necesario? centro cultural ubicado en la que se erige como capital de la Comunidad. A pesar de que ya no existe Albert Speer, desgraciadamente aún permanece la megalomanía en algunas ciudades-sociedades, grupos y personas, que solo tiene en cuenta su "mágico y trascendental destino" en este mundo.


Pero si hay algún culpable realmente de esta desidia y deterioro, estos son sin ninguna duda los garantes mas cercanos: los responsables del Ayuntamiento. Conocedores de primera mano de la situación, deben de ser ellos los que apremien e interesen soluciones definitivas. La escusa y la queja recurrente de la precaria situación económica, de la que únicamente ellos son responsables por su nefasta gestión durante años, no sirve.


Si resultan incapaces para negociar, gestionar o solucionar la situación patrimonial de la ciudad, y eso está demostrado, solo existe una salida, la misma que tendrían en una empresa privada donde solo cuentan los resultados. Sin embargo, viven ufanos en su puesto, sin avergonzarse de su continua incompetente gestión, e, increíblemente, se consideran renovadores, cultos, sensatos y profesionales. Pero únicamente han demostrado que son profesionales de la ruina, eso sí, como ha dicho recientemente un iluminado/a de éstos refiriéndose a la muralla leonesa, se encuentra en "ruina, pero en una ruina consolidada".


Columna Trajana. Piranesi, aguafuerte.
Columna Trajana. Detalle.
Mercado en Roma. Joahannes Lingelbach.
Reconstrucción “muralla altoimperial”.
Escalinata. Vista general del yacimiento.
Columna Trajana. Detalle.
Restos “muralla altoimperial” de León.
Explicación unión de los dos recintos defensivos.
Vista general de los restos arqueológicos.