sábado, 2 de junio de 2018

Elogio de España: "Códice 22 Misceláneo" Catedral de León.

Scriptorium de Tábara
En el "Catálogo de los Códices y Documentos de la Catedral de León", obra editada en 1919 y cuyo autor es el padre Zacarías García Villada, se muestra el trabajo realizado por el autor ante los numerosos legajos que se encontraban repartidos por diferentes dependencias de la Catedral leonesa (https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/catalogo_imagenes) .

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Zacarías García Villada
Dicha publicación refleja el arduo trabajo de reorganización en un único archivo, realizándose para ello cuatro tareas imprescindibles: clasificación, numeración, colocación y catalogación de todos los documentos, distinguiendo entre Biblioteca y Archivo, siendo la Biblioteca el lugar donde se custodian los códices y el Archivo donde se clasifican y guardan los documentos.

En esta primera clasificación de Zacarías G. Villada se fija la existencia de 53 códices (libros manuscritos con gran importancia literaria o histórica). Sin embargo, en 1982 bajo la dirección técnica José María Fernández Catón, da comienzo la definitiva y actual realización del proyecto de catalogación y edición crítica de toda la documentación del Archivo de la Catedral de León, que abarca desde el año 775 al 1900 (“Colección Documental del Archivo de la Catedral de León –CDACL-“).

A título de curiosidad, Zacarías G. Villada considera en su obra que la Biblioteca de la Catedral de León comenzó a formarse en el s. IX, concretamente en el año 860, en el que el rey Ordoño I concede al obispo leonés Fruminio I y demás monjes de Santa María y San Cipriano, varias posesiones sagradas en Asturias, entre las que se hallaban los libros existentes en las iglesias de Santa Eulalia, Santa María y el Monasterio de San Martín. Según datos de la web de la Catedral de León, estos comprendían: “…una Biblia, siete libros místicos, un leccionario, dos oracionales, un misal, un ritual, uno de la vida de los santos, un evangeliario y un salterio”, aparte de los que deteriorados y dispersos que se repararon y “cuyo número es infinito”.

Cód. 22. fol. 90
Cód. 22. fol. 90
"Catálogo de los Códices y Documentos de la Catedral de León". Zacarías G. Villada
Actualmente existen en la Catedral 88 códices, todos ellos auténticas joyas por su contenido, por la fecha de realización y por sus miniaturas. No hablaremos de las grandes “estrellas” de estas obras, pero sí de uno de los más interesantes: el denominado Códice 22 Misceláneo del año 839, escrito en letra minúscula visigótica, con 158 hojas a dos columnas y encuadernado en madera forrada de cuero.

Archivo Catedral
Archivo Catedral de León
Se estima que este Códice pudo ser escrito en el cercano Monasterio de San Cosme y San Damián a orillas del Torío o venir directamente desde Andalucía, ya que dicho monasterio fue fundado por monjes mozárabes. El Códice agrupa una miscelánea de varios relatos: texto del Concilio celebrado en Córdoba en el 839, el epistolario de San Braulio (obispo de Zaragoza y discípulo de Isidoro de Sevilla), las actas del proceso de los obispos Marciano y Habencio en el sínodo VI de Toledo y otros fragmentos sin identificar.

Pero, sobre todo, contiene el tema que ocupa esta entrada: el prólogo de la obra Historia de regibus Gothorum, Vandalorum et Suevorum, denominado Laus Hispaniae (Elogio de España), obra realizada en el 624 por San Isidoro, arzobispo de Sevilla, hijo de padre hispanorromano y de madre goda, cuyos restos se encuentran en la Basílica de San Isidoro de León desde 1063.

Descubrimiento y traslado del cuerpo incorrupto de San Isidoro. (Lienzo del monasterio de San Isidoro del Campo, Santiponce, Sevilla.)
Este texto, como hemos señalado, forma parte del Códice 22 Misceláneo de la Catedral de León, siendo único en España, aunque, algo deteriorado, existe uno similar en la Real Academia de la Historia.

El prólogo del Obispo sevillano, eleva a España a la Primera Nación de Occidente. San Isidoro de Sevilla que vivió a caballo entre los siglos VI-VII, fue escritor prolífico y un infatigable compilador y recopilador. Compuso numerosos trabajos históricos y litúrgicos, tratados de astronomía y geografía, diálogos,enciclopedias, biografías de personas ilustres, textos teológicos y eclesiásticos, ensayos  sobre el Antiguo y Nuevo Testamento, teorías sobre la música, etc. En ese prólogo, deja claro cuál es el germen de la “identidad española”, actualmente tan discutida por ciertas sociedades que, inexplicablemente, son consideradas a principios del siglo XX como “históricas” ¿?, siendo claramente las que menos bagaje histórico poseen.

Samuel Rubio, canónigo de la Catedral de León, manipula el códice en la vitrina del museo.
Samuel Rubio en el Archivo. El País/2010
La pequeña exposición de San Isidoro, su Laus Hispaniae, viene a confirmar que desde la antigüedad la totalidad de la Península tiene un claro concepto de unidad. Esto Se evidencia claramente en la denominada Era Hispánica

A pesar de que los territorios cántabros y astures todavía no habían sido dominados, en el año 38 aC. el emperador Augusto declara la anexión definitiva de la Península Ibérica al Imperio Romano. Esta no es una fecha más de un decreto. Este momento será para todos los habitantes de la Península Ibérica un nexo común de identidad. Tanto es así, que en el s.III dC., esta fecha se emplea como referencia para datar los epígrafes y documentos peninsulares sustituyendo o completando la que hasta el momento se venía citando en ellos: o la fecha consular correspondiente o la fecha de la fundación de Roma.

La Era Hispánica resulta una seña de afinidad para todos los pueblos de la Península sin excepción, que se consideran, a pesar de sus diferencias, integrantes y poseedores de un mismo destino. Esta datación diferenciada en Hispania está tan arraigada en el pueblo, que los visigodos la asimilan y trasmiten a su vez a los reinos cristianos que surgen tras la invasión musulmana. En algunos casos permanecerá hasta el s. XV, si bien, desde el XII, se irá paulatinamente sustituyendo por el computo cristiano (-38 años).

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San Isidoro. Murillo
Reproducimos el texto al que nos referimos incluido en el Códice 22 Misceláneo de la Catedral de León, siguiendo el artículo del profesor José Jiménez Delgado de la Universidad Pontificia de :


INCIPIT DE LAUDE ISPANIE

Fol. 30 r. a.

1] Omnium terrarum/que sunt ab occiduo / usque ad Indos
pulcerrima es. / O sacra semperque felix prin/cipium1 gentiumque
| mater Spania: I Iure tu nunc omnium /

Col. b.

regina, prouinciarum / a qua hoccasus- tan/tum sed etiam orlens /
lumina mutuat. / Tu decus adque2 ornamentum / orbis inlustrior
portio | terre. In qua gaudet / multum hac3 largiter / floret getice
gentis glorio/sa fecunditas.

2] Meríto / et4 omnium ubertate gig/nentium indulgentior /
natura ditabit5. / Tu uacis opima. Uuis / proflua. Messtt>us lata". /
Segete uestiris. Oleis in/umbraris uite pretexeris. / Tu florulenta
campis | monttt>us frondea7, piscosa / litortt>us. Tu sub mundi /
plaga gratissima sita / nec estiuo solis ardore / torreris, nec glaciali
rigore / tauescis, Sets temperata / celi zona precinta zepheris
/ felitíbus enutriris. Quid/quid enim arua fecundum / quid-
qulã metalki / pretiosiim quidquid / animantia pulcrum / et
utile /erunt parturis. /

Fol. 30 v. a.

Nec illis arnnibus postaben/dam" gwos clara specio/sorum gregnm
fama / nóbüttat.
3] Tibi cedat"> / Alfeus equis, Clitumnus / armentis. Quam "
uo/lucres per spatia / phisea quadrigas olim/phcis1' sacer palmis
/ Alfeus exerceat et in / gentes Clitumnus iu/bencos™ capitolinis
olim / inmoUiuerit uictimis! / Tu nec esurie " saltus |
uberior pabulorum requi/ris nec lacus Molocri16 / palmarum plenas
miraris nec equorum / cursu tuorum Eleis / curribus inuideris."
/ Tu superfluis17 fecunda / fluminibus tu aurifluis / fulua
torrentibus: / Tu fonsl!i equi genitor tibi / uellera indigenis fucata
/ coccineis19 ad rubores / tyrios inardescunt : / Tibi fulgurans
inter obs/cura penitorum montlum / lapis iubare contiguo /
uicinis solis2" accenditur,

Col. b.

4] Alurnnis igitur et gem/mis diues et purpuris / rectoribusque
pariter et / dotibus impiorum"1 fertüis /, Sic opulenta es
principibus / ornandis ut beata pa/ríendis. Iure itaque iam /
pridem te aurea Roma / caput gentium con/cupibit. Licet et
te- / sibimet eadem romulea /uirtus primum uictrix / spo.nderit.
i;< Denuo / tamen gotorum flo/rentissima uirtus24 / post multiplices
in | urbe25 uictorias certa/tim rapuit et ama/bit28, fruiturque
hac/tenus inter regias I infolas2" et opes largas / imperii
felicitate secura.

Transcripción

"Eres, oh España, la más hermosa de todas las tierras que se extienden del Occidente a la India; tierra bendita y siempre feliz en tus príncipes, madre de muchos pueblos. Eres con pleno derecho la reina de todas las provincias, pues de ti reciben luz el Oriente y el Occidente. Tú, honra y prez de todo el Orbe; tú, la porción más ilustre del globo. En tu suelo campea alegre y florece con exuberancia la fecundidad gloriosa del pueblo godo.
La pródiga naturaleza te ha dotado de toda clase de frutos. 

Eres rica
en vacas, llena de fuerza, alegre en mieses. Te vistes con espigas, recibes sombra de olivos, te ciñes con vides. Eres florida en tus campos, frondosa en tus montes, llena de pesca en tus playas. No hay en el mundo región mejor situada que tú; ni te tuesta de ardor el sol estivo, ni llega a aterirte el rigor del invierno, sino que, circundada por ambiente templado, eres con blandos céfiros regalada. Cuanto hay, pues, de fecundo en los campos, de precioso en los metales, de hermoso y útil en los animales, lo produces tú. Tus ríos no van en zaga a los más famosos del orbe habitado.

Ni Alfeo iguala tus caballos, ni Clitumno tus boyadas; aunque el sagrado Alfeo, coronado de olímpicas palmas, dirija por los espacios sus veloces cuadrigas, y aunque Clitumno inmolara antiguamente en víctima capitolina, ingentes becerros. No ambicionas los espesos bosques de Etruria, ni admiras los plantíos de palmas de Holorco, ni envidias los carros alados, confiada en tus corceles. Eres fecunda por tus ríos; y graciosamente amarilla por tus torrentes auríferos, fuente de hermosa raza caballar. Tus vellones purpúreos dejan ruborizados a los de Tiro. En el interior de tus montes fulgura la piedra brillante, de jaspe y mármol, émula de los vivos colores del sol vecino.

Eres, pues, Oh, España, rica de hombres y de piedras preciosas y púrpura, abundante en gobernadores y hombres de Estado; tan opulenta en la educación de los príncipes, como bien dada en producirlos. Con razón puso en ti los ojos Roma, la cabeza del orbe; y aunque el valor romano vencedor, se desposó contigo, al fin el floreciente pueblo de los godos, después de haberte alcanzado, te arrebató y te armó, y goza de ti lleno de felicidad entre las regias ínfulas y en medio de abundantes riquezas.

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