España se ha convertido en el país con más Reservas de la Biosfera del mundo por delante de Estados Unidos, una vez realizada la última actualización de la UNESCO (Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura), Organismo responsable de este sistema de espacios naturales protegidos. Con un total de 48 espacios protegidos la superficie de la Red Española de Reservas de la Biosfera (RERB) supone casi el 11% de la superficie total de España, en la que residen cerca de dos millones de habitantes.
Las denominadas Reservas de la Biosfera son territorios designados por la UNESCO en el contexto del Programa MAB (Hombre y Biosfera), que tiene como objetivo tratar de armonizar la conservación del medio y sus recursos naturales con el bienestar de la población que lo ocupa. Estas áreas protegidas deben cumplir las funciones de conservación, desarrollo, ayuda y apoyo logístico, como son: conservación del ecosistema, paisajes y especies; el fomento de un desarrollo económico y humano sostenible teniendo en cuenta el hábito sociocultural y ecológico. Asimismo, deberá facilitarse apoyo a proyectos de educación e investigación sobre conservación y desarrollo sostenible.
Con un total de 48 espacios protegidos, España, como hemos señalado, es actualmente líder mundial en Reservas de la Biosfera. De todas estas, 7 de ellas corresponden a la provincia de León, haciendo de los 15.000 kilómetros cuadrados de la provincia leonesa el espacio con mayor concentración de Reservas de la Biosfera de España y del mundo: PICOS DE EUROPA, VALLE DE LACIANA, BABIA, VALLES DE OMAÑA Y LUNA, ALTO BERNESGA, LOS ARGÜELLOS Y ANCARES LEONESES.
PICOS DE EUROPA. Es Reserva de la Biosfera desde 2003. En Picos de Europa se concentran las figuras de protección más importantes de España: Parque Nacional, Reserva de la Biosfera y Parque Regional. Forman un verdadero tesoro natural y, posiblemente, la más fantástica agrupación de montañas calizas de toda Europa.
Casi el 40% del Parque Nacional y de la Reserva de la Biosfera pertenecen a la provincia de León, formada por dos valles principales Valdeón y Sajambre. En Picos viven el 90% de las especies de los mamíferos terrestres del país y un importante porcentaje de anfibios, reptiles y aves.
Es el dominio del bosque cantábrico mixto con múltiples especies, como el serval, arce, abedul, castaño, tilo, fresno, etc. Pero sobre todo destacan los extensos bosques de roble y haya que se extienden en la umbría de la Cordillera, al pie de los macizos.
VALLE DE LACIANA. También seleccionada como Reserva de la Biosfera desde el año 2003. Este Valle leonés se encuentra rodeado por un circo de cumbres que rondan los 2000 m. de altitud, en donde predominan los pastizales de alta montaña y numerosas especies arbóreas, entre las que sobresalen el manzano, fresno, roble y haya. Es una zona de vital importancia para la conservación del urogallo, la liebre piornal y, sobre todo, el oso pardo.
Esta Reserva de la Biosfera resulta única por su modelo tradicional en la gestión de los pastos y en el uso y conservación de razas locales de ganado bovino y vacuno. Asimismo, destacar su particular arquitectura, influenciada por la actividad ganadera y la existencia de edificaciones ancestrales para almacenar grano: el hórreo. Esta construcción, que tan conocida es en Galicia y Asturias, pasa completamente desapercibida en la montaña leonesa.
BABIA. Esta comarca es declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en el año 2004 por su importante flora y fauna. De tradición pastoril, su señal de identidad es la trashumancia. En sus puertos de montaña durante el verano se pueden ver vacas, caballos de raza hispano-bretona, cabras pirenaicas, ovejas merinas y las, casi desaparecidas, ovejas casinas. Por las alturas se deja ver el oso pardo y en sus ríos reside una rica variedad de especies que convierte a esta zona en un auténtico paraíso para los pescadores.
La flora de Babia es muy semejante a la que existe en las otras Reservas leonesas. Destacan dos especies exclusivas de las praderías de este territorio: la centaurea babiana y la rompepiedras babiana.
VALLES DE OMAÑA Y LUNA. Declarada en 2005, es la Reserva de la Biosfera más extensa de León. Forma frontera entre la zona atlántica y la zona mediterránea, lo que supone una gran riqueza cultural y natural al encontrarse en medio de estas dos zonas climáticas.
Su paisaje es el resultado de un sistema agropecuario formado en la Edad Media que se mantuvo hasta mediados del s. XX. Este sistema suponía que cada población contaba con tierras propias de cultivo, además de abundantes pastizales para el ganado y grandes masas forestales para el autoabastecimiento de madera. Estos bosques son los elementos principales que definen y hacen singular esta Reserva, con importantes bosques caducifolios de abedulares y robles melojos, únicos en España. Una auténtica joya del cuaternario es el Sabinar de Mirantes, formado por ejemplares que han enraizado sin problemas en las laderas calizas.
La fauna es, asimismo, importante. En estos valles se encuentra fácilmente la liebre de piornal, la perdiz pardilla o el curioso desmán de los Pirineos. Pero también marca la frontera septentrional de algunas especies en peligro de extinción, como el urogallo y el oso pardo.
ALTO BERNESGA. Esta Reservada de la Biosfera es una de las regiones de Europa más interesantes desde el punto de vista geológico, geomorfológico y botánico. Declarada en el 2005, esta Reserva es tierra de transición entre el clima atlántico y mediterráneo, entre el bosque mediterráneo y el caducifolio. Es el río Bernesga y sus importantes afluentes, quienes se disponen por los valles y abonan con sus aguas las grandes extensiones de robles, encinas, abedules y hayas, donde no faltan tampoco las sabinas.
Esta abundante cubierta vegetal proporciona seguridad a especies como el urogallo, el oso y el lobo, y en sus aguas no es difícil encontrar al desmán de los Pirineos y nutrias, que en sus recorridos llegan a veces muy cerca de la capital. En este territorio es importante también la ganadería y el pastoreo de altuira, dando lugar a la existencia de brañas con sus típicas cabañas.
LOS ARGÜELLOS. También data del 2005 la declaración de Reserva de la Biosfera a este territorio leonés, que se concentra en los valles del nacimiento del Bernesga, Torío y Curueño.
En la declaración de la UNESCO se argumenta que los Argüellos en un ejemplo de ecosistema de montaña cantábrico, en el que los escasos recursos han sido aprovechados por la población desde hace siglos, configurando un paisaje singular de gran valor estético con elementos de interés científico. En esto han contribuido los procesos kársticos de la zona, que han formado espectaculares cuevas y desfiladeros: Llamazares, Barredo, Valporquero, Vegacervera y Valdeteja. Esto no es impedimento para que existan en la zona bellos hayedos, así como bosques de robles melojos y enebros.
ANCARES LEONESES. Se encuentra al noroeste de la provincia y es la última Reserva leonesa declarada en el año 2006. Los Ancares son un cúmulo de diversidad biológica efecto de la confluencia al sur del clima mediterráneo cálido y seco, con las brumas y lluvias cantábricas del norte. Este choque de climas, supone que acebos, robles y abedules coexistan con alcornoques y madroños y castaños.
También el oso se deja ver en los Ancares, junto con grandes rapaces y más de doscientas especies de vertebrados. Es un territorio de gran riqueza botánica, faunísta y cultural, que sus habitantes han conservado extraordinariamente. Las actividades tradicionales como la ganadería o la arquitectura tradicional (pallozas), hacen del paisaje de los Ancares leoneses, un espacio único y de gran valor.
A estas 7 Reservas de la Biosfera hay que añadir que la provincia de León cuenta con 17 zonas ZEC (Zonas Especiales de Conservación), territorios con especies de animales o vegetales representativos de un determinado ecosistema, y 14 zonas ZEPA (Zona Especial Protección Aves), ambos programas pertenecientes al programa Natura 2000 de la Unión Europea (red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad), cuya finalidad es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y sus tipos de hábitat, siendo los principales instrumentos para la conservación de la naturaleza que establecen las directivas de la Unión Europea.
Todos estos datos hacen de León un verdadero “Paraíso Natural" a nivel mundial, que resulta prácticamente desconocido para los leoneses y para el resto de España. Son muchas las comunidades, regiones o provincias que tratan de mostrar y publicitar sus cualidades paisajísticas y naturales inigualables: Galicia, Cantabria, Valencia, Asturias, … Ésta última usa precisamente el eslogan de: “Paraíso Natural”, y se atribuye y arroga, igual que Cantabria, el protagonismo del Parque Natural de Picos de Europa, mientras que la provincia de León es la posee más superficie, prácticamente el 40%, dato apenas conocido ni divulgado.
Como podemos comprobar, la incompetencia e ineptitud de nuestros representantes es absoluta en la promoción y desarrollo de nuestro patrimonio natural (no hablemos del cultural y artístico, que es un auténtico desastre). A esto hay que añadir la inapreciable “ayuda” que presta la Junta de Castilla y León promocionando actualmente los “espacios naturales” de Castilla y León, sin reseñar ni mencionar que León, una de sus provincias, posee la mayor concentración de Reservas de la Biosfera de España y del mundo. Todo un despropósito. Así nos va.