Hace unos días la prensa leonesa daba la noticia del hallazgo de los restos de la primera muralla romana, en parte realizada con tapines por la Legio VI Victrix entre finales del s. IaC. y primeros años del s. I, concretamente entre el final del reinado de Augusto e inicios del de Tiberio. El “descubrimiento” se encuentra cercano a la antigua Puerta Decumana, ahora Puerta Castillo,
en el solar de Santa Marina, entre la propia muralla y la Casona de Puerta Castillo,
conocida como la Casona de Víctor de los Ríos, donde estuvo ubicada antes del
s. XVIII la Obra Pía de los Niños Expósitos, institución benéfica dependiente del Cabildo de la Catedral.
A pesar de esta interesante noticia y de los esfuerzos constantes de los profesionales leoneses por reivindicar la magnificencia de obra, la muralla de León continua siendo la “gran olvidada”. Es, posiblemente, el recinto romano más grande y desconocido del mundo. Como muestra de ello, solo hace falta consultar las páginas de turismo en internet, las guías de monumentos, etc., … o comprobar las escasas publicaciones o artículos sobre ella.
En este último caso, y como ejemplo de analfabetismo cultural y desconocimiento del Patrimonio Nacional, la revista de tirada nacional “Historia de Iberia Vieja” correspondiente al número de mayo, vuelve a dar muestra de su patente insolvencia en la divulgación, además de mostrar la ignorancia e incapacidad de algunos de sus “colaboradores”, cuyos artículos y monografías dejan mucho que desear (fonsado: Desinformación de "primera linea").
Uno de los artículos de ese número, bajo el título de Dossier: “Ciudades amuralladas”, se hace eco de una serie de recintos amurallados de la Península que, se supone, representan los más emblemáticos de nuestra geografía. El autor del reportaje, D. Alberto de Frutos (“redactor jefe”), destaca una serie de construcciones defensivas que abarcan, prácticamente, todas las etapas constructivas: desde las edificadas bajo dominio del Imperio Romano, hasta el recinto de Pamplona siglos XVII-XVIII, pasando por los más abundantes que corresponden a la Edad Media.
Se citan las murallas de Ávila, Tossa de Mar en Gerona, Molina de Aragón en Guadalajara, Vitoria, Toledo, Lugo, Pamplona, Peñafiel en Valladolid, Montblanc en Tarragona, Palma de Mallorca, Belmonte, Alcúdia y Zamora. Pero también cita ciudades que cuentan con un pequeño lienzo o arco, como es el caso de Oviedo, Zaragoza, Tudela, Logroño o Madrid.
No vamos a negar la importancia de las murallas de Lugo o Ávila, tampoco la categoría de las imponentes fortalezas de Tossa de Mar, Molina de Aragón o Peñafiel. Todas son muestras interesantísimas. Pero no se puede admitir que el artículo del Sr. de Frutos, deje fuera de esa enumeración el recinto defensivo de la capital leonesa.
El campamento romano de León, con el establecimiento primero de la Legio VI Victrix y después con el de la Legio VII Gemina, tuvo a lo largo de los primeros siglos cuatro perímetros amurallados. Los dos primeros realizados con materiales perecederos, mientras que el tercero, construido entre los siglos I y II, y el cuarto, posiblemente de época bajoimperial, de finales del s. III o quizá de comienzos del IV, fueron edificados con material consistente. Ver entradas:
A esta fantástica construcción romana hay que añadir una cerca medieval construida entre los siglos XIII y XIV, que se levantó en el lado sur con el fin de defender el caserío que surge con el tiempo a extramuros del recinto campamental romano, y que tiene más entidad que la mayoría de ejemplos fortificados que se muestran en el número de la revista.
Se ha perpetuado la desastrosa política patrimonial de los últimos 100 años tantas veces criticada, manteniendo excusas para una expropiación efectiva, permisividad en la ocupación y utilización de manos privadas, derribo de parte de los cubos o la demolición de puertas que formaban parte de su estructura.
La muralla todavía permanece hoy con viviendas adosadas y abandonas, otras que se rehabilitan para perpetuar su presencia, solares tapiados que se utilizan como garajes de alquiler, rehabilitaciones eternas que duran años y de las que no se ve el final, ocupación y utilización del adarve por empresas, colegios y asociaciones religiosas, o realización de restauraciones “personales”, auspiciadas políticamente, que nada tienen que ver con el recinto original. Todo son agresiones, inoperancia, dejadez, … Pero ninguna solución definitiva.
Al señor de Frutos, que según asegura en su biografía participó en el lanzamiento de la revista hace siete años, y al otro colaborar de la misma D. Javier Brandoli, les invitamos a que por lo menos se informen sobre lo que escriben. No resulta muy honesto rellenar hojas en blanco junto con algunas fotografías, con el fin obtener unos euros extras. Les recordamos que "escriben" en una revista divulgativa de tirada nacional con subvención del Estado.
- Lienzo oeste, calle Ramón y Cajal.
- Solar Santa Marina.
- Revista. Número de mayo.
- Plano del tríptico León Romano.
- Panorama del recinto amurallado de León.
- Detalle cercas medievales.
- Detalle muralla romana bajoimperial.
- Murallas, lado este, en Avda. de los Cubos.
- Lienzo oeste, calle Ramón y Cajal.
- Solar Santa Marina.
- Revista. Número de mayo.
- Plano del tríptico León Romano.
- Panorama del recinto amurallado de León.
- Detalle cercas medievales.
- Detalle muralla romana bajoimperial.
- Murallas, lado este, en Avda. de los Cubos.