domingo, 23 de marzo de 2014

León: Iglesia del Mercado (II)


Como hemos mencionado en la anterior entrada, la Iglesia del Mercado es un templo de tres naves sin crucero, con planta que se estrecha a los pies. Su cabecera contaba con tres ábsides, habiendo desaparecido el central al alargarse, mediante una bóveda de cañón y arco toral peraltado sobre medias columnas, la nave central.

La separación de esta nave con las laterales, se realiza por seis pilares de base cuadrada que tiene adosadas medias columnas en cada uno de sus lados. Éstas medias columnas también se pueden ver en los muros y a los pies, formando así cuatro espacios a lo largo de toda la planta. Los arcos de las naves laterales son apuntados, de tipo cisterciense, y se apoyan en capiteles de formas vegetales. Sobre el resto de decoración interior, destacar algunas basas de las pilastras centrales que presentan garras, y los capiteles de las columnas que forman el arco toral decorados con ramajes y monstruos.

La Iglesia sufrió en el s. XV una importante rehabilitación, principalmente en la cubierta que ahora se realiza en estilo gótico hispano-flamenco. De aquella construcción, solo quedan restos en la parte central, sobre el coro, además de un pequeño tramo en la zona norte. En el XIX se realiza una nueva cubierta, que se eleva sobre la anterior con la construcción de unos pequeños paños sobre las arquerías románicas de los laterales.

Han sido permanentes las obras de reparación y reconstrucción desde el XV: portal nuevo, camarín, torre, chapitel, etc. En los ss. XIX y XX se realizan importantes trabajos de rehabilitación en la fábrica: cubierta de la torre, colocación de la pizarra, entarimado del templo, construcción del atrio alrededor y colocación de los leones del exterior, derribo de la sacristía y restauración del ábside que ocultaba, etc. La rehabilitación reciente más significativa se produce a mediados de XIX en que se derrumbó la cubierta y se tardó 3 años en recuperarla. Durante ese tiempo la imagen titular del templo, “Nuestra Señora del Mercado”, tuvo que ser ubicada en el cercano convento de las Carvajalas.


La Iglesia del Mercado vive un momento en la actualidad que rememora su antiguo esplendor, debido al auge, interés y recuperación de las arraigadas y entrañables tradiciones populares. La importancia que mantuvo durante siglos no fue debida, como se puede suponer, a su perfección y exquisitez arquitectónica ni por el valor artístico que albergaba, tan distante de los excepcionales edificios religiosos representativos del románico, gótico y plateresco que existían y existen en la ciudad: San Isidoro, la Catedral de Santa María o el Convento de San Marcos.

Su protagonismo se debió a la devoción que siempre gozó entre el pueblo su imagen titular: la "Virgen del Camino", representada primitivamente como una Virgen Madre y a partir del XIV-XV por una Piedad. Era la Madre del pueblo llano, humilde, artesano; amparo de los enfermos y refugio de los desheredados. Consuelo de la población a extramuros, del León milenario, recoleto, trabajador y peregrino, alejado de los hábitos purpurados.

Esta última imagen, hoy ocupando el lugar central en su retablo del s. XVIII, está datada entre el s. XIV-XV. No existe ninguna referencia a la anterior talla, pero no se diferenciaría mucho de la iconografía mariana tradicional hasta el momento: Virgen sentada en un trono, cubierta con una amplia túnica sobre manto y velo; se muestra bendiciendo o con una flor o manzana en su mano derecha. En sus rodillas el Niño con túnica y también bendiciendo; la mayoría de las veces ambos coronados. Es la representación de la Virgen Madre.

La antigua imagen de la Iglesia de Mercado, sería con seguridad una de estas tallas románicas sedentes y con el Niño en el regazo, al estilo de la imagen titular en el Monasterio de Santa María de Sandoval, hoy en el Palacio Episcopal de León, o la que existe en el Monasterio de Gradefes. Ahora, la nueva escultura de autor anónimo, posiblemente alguien cercano a la escuela de Alejo de Vahía, presenta maneras góticas muy realistas. Está ejecutada en madera de peral y es de pequeño tamaño: 130 cm. de altura. 

Es una talla de las conocidas como Piedad (Pietá). La Virgen tiene sobre sus rodillas el cuerpo de Jesucristo tras su descendimiento de la cruz, con la cabeza caída hacia atrás y el brazo derecho completamente perpendicular al suelo. Los pliegues del manto naturales, el rostro de María de sufrimiento y de un dolor contenido y resignado, mientras contempla al hijo muerto en sus brazos. 
En algunos documentos a partir del XV se la nombra como “Santa María la Nueva” o “del Camino del Mercado” o “Nuestra Señora la Antigua del Camino”. Ahora, para los leoneses es la Dolorosa”, o como cariñosamente la denominó el compañero y amigo Máximo Cayón Waldaliso, “la Morenica del Mercado”.

¿Qué explicación puede tener que la imagen de la Virgen mantuviera a través de los siglos la advocación y título “del Camino”, y su representación cambie tan radical: de una Virgen Madre a una Piedad?
  
En primer lugar hay que destacar la rápida popularidad que adquirió este último tipo iconográfico, que tiene sus inicios a principios del s. XIV en Alemania donde se la conoce como “imagen vísperal”, haciendo referencia a la hora litúrgica de vísperas, el atardecer, momento en el que el Viernes Santo, María recibe en sus brazos el cuerpo de Jesucristo, que ha sido bajado de la cruz.

Esta popularidad puede estar unida a la referencia que se hace en la Biblia a las Lamentaciones atribuidas al profeta Jeremías, muy difundidas y de las que se han realizado múltiples versiones musicales para su uso en el Oficio de Tinieblas del Viernes Santo. Así se dice en la “primera Lamentación” (1.12): “Vosotros todos, los que pasáis por el camino mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta…”.

No es de extrañar que, en aquellos momentos debido a un posible deterioro o desaparición, o por la antigüedad y el
estatismo de la antigua Virgen Madre, modelo que ya se consideraba agotado, se optara por una representación tan popular e inspirada en las Lamentaciones de Jeremías (“… todos los
que pasáis por el camino …”
), como era la imagen de una Piedad, de una Dolorosa, que se encontraría, además, a los pies del Camino más celebrado del mundo. Esta nueva imagen serviría de guía a los peregrinos que, con destino Compostela, tenían obligada parada en la Iglesia.

Ella serviría de norte a estos caminantes, pero también sería imagen de devoción para los pobres y humildes devotos, habitantes de esta ciudad milenaria, que representaría el sufrimiento diario de supervivencia, y un consuelo permanente ante la adversidad: “… mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta…”.

La Dolorosa del Mercado sigue siendo, como su Iglesia, un edificio e imagen entrañable para los leoneses, cuya religiosidad se identifica más claramente con esta muestra, que con la suntuosidad y la pompa de otras. Desde hace años será la Dolorosa la que el Viernes de Dolores, a las 8 de la tarde, en las Vísperas, saldrá de su Iglesia para anunciar la Pasión de Cristo y el inicio de la Semana Santa en León.


Es la procesión del pueblo leonés y sus calles se llenarán del olor de la cera ardiendo, de las velas que portarán cientos de mujeres que acompañarán a la Morenica del Mercado en su dolor durante su tradicional recorrido. Y es que desde 1739 está escrito que “… no se manifieste la santa imagen a menos que se enciendan cuatro velas, por respeto debido a la venerable Nuestra Señora del Mercado”.




- Plaza del Grano. Siglo XX.
- Planta de la Iglesia del Mercado.
- Interior Iglesia.
- Santa María de Sandoval.
- Santa María la Real de Gradefes.
- Nuestra Señora del Mercado, la Antigua del Camino.
- Profeta Jeremías. Rembrant.
- Viernes de Dolores. La Morenica del Mercado en la calle.
- Velas en el Viernes de Dolores.










jueves, 6 de marzo de 2014

León: Iglesia del Mercado

                  

La Iglesia del Mercado, declarada BIC el 28-09-1973, es conocida también como Nuestra Señora del Mercado, aunque su denominación oficial es Santa María del Camino. Es uno de los templos más antiguos de la ciudad, situado al suroeste del recinto campamental romano.

La denominación “del Mercado” no aparece hasta el s. XVII, buscando una nueva identificación tras la milagrosa aparición de la Virgen en 1505 a pocos kilómetros de la ciudad, sobre la calzada que lleva a Compostela. Esta última aparición obtuvo rápidamente un ferviente apoyo y culto popular, y el nuevo santuario erigido en el lugar, quedó bajo la advocación de la Virgen del Camino. Esta duplicidad en el nombre de las dos iglesias originó que, con el tiempo, al mencionar la primera de ellas se recurriera a una distinta denominación para distinguirla de la nueva: “Nuestra Señora del Mercado, la antigua del Camino”, o “Nuestra Señora del Mercado, la Antigua”.

Hace unos días, concretamente el pasado día 9, la actual parroquia y barrio celebró, como todos los años, la conmemoración de la aparición de una imagen de la Virgen que, según la leyenda que data del s. XVII, ocurrió el 9 de febrero del año 566. Siguiendo la crónica, la imagen adquirió el apelativo de la Virgen de la Zarza, al aparecerse a un pastor a extramuros de la ciudad, cerca de la calzada que entraba por el este, entre los matorrales y zarzas que por 
allí abundaban. Es muy posible que aquel lugar no estuviera muy lejos de una zona donde se venía practicando algún antiguo culto precristiano y que, gracias al “milagro”, se canalizaría y cristianizaría la práctica.

Tras el descubrimiento, durante siglos y para dejar constancia de aquella aparición y no olvidar aquel lugar sagrado, debió de existir un pequeño oratorio o ermita realizada en material precario. La primera noticia de la existencia de un verdadero templo la facilita el Padre Risco (Historia Sagrada, t. XXXV, p. 137), que hace referencia a un texto fechado en 1092 sobre una donación en la que se menciona: “…la iglesia que estaba en el camino de los Franceses”. 

Es verdad que la cita puede referirse a cualquier otra iglesia del Camino, pero la existencia en el acceso este de la ciudad de un “vico francorum”, un asentamiento franco que formaba un pequeño arrabal a extramuros, en pleno Camino de Santiago (Camino de los Francos) donde precisamente se encontraba esta Iglesia, hace pensar que el comentario en el antiguo documento pueda referirse a ella.

El origen de este establecimiento franco fue el devenir de innumerables peregrinos de más allá de los Pirineos, que acudían al sepulcro del Apóstol y que entraban en la ciudad por la ruta de oriente. Con el tiempo, el suburbio se incluirá dentro del recinto fortificado con la construcción primero en el s. XIII de una cerca de tierra y más tarde, en el s. XIV, con otra cerca edificada sobre la anterior construida de cal y cantos. Esta defensa exterior describe un arco irregular con los extremos apoyados en el antiguo recinto amurallado romano: desde la Torre de los Ponce, hasta el Palacio de los Guzmanes.

Es en 1186 cuando se tiene una referencia concreta a la Iglesia (Historia Sagrada, t. XXXV, p. 235), al figurar como propietario lindante en un contrato sobre la venta de una viña, “… Pedro Miguel, Capellán de Santa María del Camino”. Sea un poco más anterior o posterior, la Iglesia que hoy conocemos se construye entre los ss. XI-XII, sufriendo a lo largo de los siglos un sinfín de alteraciones y reconstrucciones, debidas, principalmente, a la debilidad que siempre mostraron sus apeos.

De planta basilical románica, la Iglesia del Mercado muestra tres naves sin crucero, con una cabecera de tres ábsides. Curiosamente, la nave de la Iglesia se estrecha 5 metros a los pies, mostrando una planta en forma de ataúd o sepulcro, posiblemente por su adaptación a las construcciones existentes en su momento. Hay quien aventura la posibilidad de que el arquitecto realizara esta forma en deferencia al sepulcro de Santiago, al ser este templo punto importante en el peregrinaje a Compostela.

Por su concepción e inconfundible estilo, hace pensar que interviniera en sus planos o en algún elemento constructivo o decorativo, el arquitecto Pedro Peregrino, conocido también como Pedro de Dios (Petrus Deustamben), arquitecto imperial de Alfonso VII, que también trabajó en San Isidoro, donde acabó siendo enterrado.

No se puede obviar al hablar de la Iglesia del Mercado, su ubicación en el lateral oeste de la Plaza del Grano, sobre la que se asientan sus ábsides, mientras que su frente se abre a la ruta ancestral del Camino de Santiago. Cuenta la tradición, que la cruz de piedra que se ubica tras la Iglesia, muestra el lugar exacto donde apareció la Virgen aquel 9 de febrero. Esa cruz, ahora sobre un pedestal de tres escalones, parece que sirvió en época medieval como picota o rollo de la ciudad, lugar en donde se castigaba o ajusticiaba a los reos de muerte, hasta que se levantó en el s. XV un nuevo rollo en la zona de Santa Ana (Rollo de Santa Ana). Ahora es el vínculo entre la Iglesia y el significativo espacio urbano que se encuentra en la trasera el templo: la Plaza de Santa María del Camino, conocida coloquialmente como Plaza del Grano.

Era allí donde se celebraba todos los miércoles (feria IV) el mercado principal de compra-venta de grano, pero también de los productos cultivados en el alfoz, los procedentes de los artesanos de la ciudad o los codiciados tejidos que aportaban los mercaderes judíos. Del mismo modo, era el espacio elegido por las autoridades para pregonar las ordenanzas y reglamentos municipales de todo tipo para su conocimiento general.

El espacio urbano que hoy ocupa la Plaza es probable que tenga su origen en la existencia de una antigua laguna, que por su profundidad fuera la última en ser desecada. Es conocido que, durante la dominación romana, en el sur, este y oeste de la ciudad, hacia la confluencia de los ríos Torío y Bernesga, primaba un paisaje netamente fluvial. Allí dominaban las inundaciones estacionales y las zonas pantanosas, en las que se mantendrían permanentemente diversas charcas y lagunas muy cercanas al asentamiento campamental, que se encontraba ligeramente elevado sobre ellas (http://www.fonsado.com/2011/02/leon-y-las-ninfas.html).


Curiosamente, en el centro de la Plaza existe hoy una fuente barroca realizada en tiempos de Carlos IV (1769) por Félix Cusac y José Velasco, en la que se alude a los dos ríos que rodean la ciudad, Torío y Bernesga. Están personificados como dos niños que abrazan simbólicamente la ciudad, representada ésta por una columna sobre pedestal, figurando sobre su capitel dos escudos coronados en los que se muestra un león rampante.

Es la única plaza de la ciudad que conserva la esencia típica del antiguo urbanismo leonés. Amplia, tranquila, pintoresca, con fuerte sabor medieval, aun mantiene soportales y el único y más antiguo pavimento de la ciudad formado por cantos rodados. Sorprende encontrar en medio de la ciudad, un lugar en donde parece que ha quedado atrapado el tiempo.


Recientemente, algún iluminado/a que se supone debe velar por la ciudad, movido/a por motivos inexplicables y en contra de la opinión pública y del sentido común, ha tratado de acabar con ella, escudándose en problemas de accesibilidad y saneamiento … La única complicación que todos vemos, es la existencia de un importante y suculento presupuesto (300.000,00 €). Ese parece que es el “problema”.

El proyecto se ha “parado” gracias a la protesta popular. De no ser así, la Plaza del Grano ya no existiría como la conocemos. Ahora, en sonadas ruedas de prensa, los mismos/as que han querido arruinarla la proponen, junto con su entorno, como BIC. Han pasado de querer transformarla y hacerla desaparecer como tal, a proponerla como Bien de Interés Cultural. ¿Quién lo explica?

Como hemos mencionado, la Iglesia del Mercado se encuentra en el lateral oeste de la Plaza del Grano, sobre la que se asientan sus ábsides. En 1740 se produce una reforma importante que lastra bastante su aspecto exterior. La construcción de un camarín detrás del altar mayor con espléndidas pinturas murales (recientemente restauradas), implicó la demolición del ábside central y el alargamiento de la nave correspondiente, que finaliza al exterior en una construcción rectangular con una gran ventana

de arco de medio punto y una pequeña puerta lateral de acceso. Esta obra trasformará negativamente el aspecto original del templo románico, que contaba con tres bellísimos ábsides en su cabecera.

Las cornisas y aleros de los ábsides laterales, están espléndidamente decorados. Destacar el resalte del ábside norte, donde entre los canecillos se aprecian flores decoradas de ocho pétalos en el interior de las metopas.

La entrada de la Iglesia está situada en el lado oeste, en la actual Calle Herreros. Tiene un portal de arco de medio punto peraltado y torre-campanario de tres cuerpos; los primeros de piedra y el último realizado en piedra y ladrillo con ventanas en los cuatro lados, es donde se alojan las campanas, mientras los cuerpos inferiores poseen un único vano sobre el portal. La torre se remata con chapitel modernista de pizarra (1880). La construcción primitiva debió tener una estructura muy parecida, conservándose nada más que una escalera de caracol hasta el primer cuerpo.

En el lado sur, Calle del Mercado, se observan las numerosas reformas que ha sobrellevado el templo, apreciándose tres contrafuertes, uno de ellos bajo una gran ventana. Entre estos machones, podemos observar cuatro pequeños vanos con columnillas al exterior y con interesantes capiteles y decoración jaqueada. Todos ellos se encuentran muy deteriorados y mutilados.

Bajo la segunda de estas ventanas contemplamos una interesante portada. Es la Puerta del Perdón, utilizada por los peregrinos que se dirigían a Compostela. Esta puerta sur es muy interesante, ya que en muy poco espacio se concentra una decoración, que aunque muy deteriorada, resulta curiosa. Posee dos arcos de medio punto, el exterior con bocel que se apoyaría sobre dos pequeñas columnas que no existen. En el arco interior aparecen formas decorativas musulmanas, muy parecidas a las que existen en la puerta de entrada al Panteón Real de San Isidoro desde la Iglesia: una forma lobulada (seis lóbulos), que se apoyan en impostas de moldura cóncava, llamadas de nacela. ¿Podrían ser ambas portadas obra del maestro Pedro Peregrino? 



En la Calle Capilla se sitúa el lienzo norte de la Iglesia, con una puerta actualmente tapiada por la cual saldrían los peregrinos. Fue recuperada en los años 70, al encontrarse semienterrada por la acumulación de sedimentos durante siglos. Posee arco de medio punto con bocel sencillo, sobre dos columnas lisas con capitel corintio; sobre éstos, impostas decoradas con palmetas enmarcadas geométricamente en sus tallos.

Casi todas las ventanas están bellamente enrejadas; recordar que el edificio en sus orígenes se encontraba a extramuros. Estas rejas de hierro datan del s. XII, destacando los paños en las ventanas que se encuentran en la portada, formados cada uno por tres cuerpos verticales, que contienen volutas dobles contrapuestas, forma muy difundida entre las rejas románicas que podemos observar en todo el Camino de Santiago.

Salvo en la Calle Herreros, el templo se encuentra a un nivel más bajo que la calle. En 1886 se rodeó de un cierre de poca altura formado por una hilera de sillares y una pequeña barandilla en metal, que separa la calle del templo y crea un pequeño atrio enlosado y empedrado alrededor de la Iglesia.

Este pretil se remata en la portada con dos leones de piedra sobre pedestal, que se hallan sentados y sosteniendo entre sus patas delanteras dos cartelas en las que se aprecia un búcaro con azucenas, muy parecido al que figura en el gigantesco relieve de la Anunciación que se encontraba en el hastial de la portada central de la Catedral. Desmontado a finales del XIX por Demetrio de los Ríos, fue trasladado a la parte posterior del claustro, justo enfrente de la entrada del Hospital de Regla. 


Estos dos leones proceden de la Catedral y formaban parte de los remates de un antiguo cerramiento del atrio catedralicio, derribado para construir el actual en el s. XVIII.


La Iglesia del Mercado siempre estuvo dedicada a la Virgen María. Invariablemente hubo una imagen del Virgen como titular del templo, a la que durante siglos se le rinde culto. Sin embargo, a través del tiempo, la efigie de María cambiará su fisonomía hasta la actual imagen, adaptándose a las vicisitudes del paso de los años, los incidentes y la piedad popular. El interior de la Iglesia y su imagen titular, serán tema para una próxima entrada.



- Plaza del Grano, Iglesia del Mercado. León.
- Humilladero, Virgen del Camino.
- Peregrinos medievales.
- Planta y situación Iglesia del Mercado.
- Sepulcro Pedro de Dios. San Isidoro de León.
- Cruz (rollo-picota).
- Plaza del Grano. Mercado inicio del s. XX.
- Plaza del Grano. Fuente e Iglesia.
- Ábsides.
- Lienzo este.
- Puerta del Perdón. Lienzo este.
- Puerta al Panteón Real de San Isidoro.
- Lienzo oeste.
- Rejas s. XII.
- Antiguo cerramiento Catedral (leones). Dibujo de Fernando Sánchez Pertejo.
- León sobre pedestal. Cerramiento oeste.
- Anunciación. Entrada Hospital de Regla.
- Nuestra Señora del Mercado.