viernes, 18 de abril de 2014

León: El Nazareno y Simón de Cirene.


Tiziano - Cirineo y Cristo

“Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón y le obligaron a que llevase la cruz”. Mateo 27, 31-32.

“Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús”. Lucas 23, 26.

“Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle. Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz de Jesús”. Marcos 15, 20-21.

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Cuentan que Simón había nacido en la ciudad norteafricana de Cirene. Era un hombre de mediana edad, barbado, de ojos hundidos y, aparentemente, fuerte. Cuando ese fatídico día volvía del trabajo, se encontró inmerso entre un gentío que gritaba e insultaba, pero también con otros que clamaban pidiendo justicia.

Ante sus ojos aparecieron tres condenados que se dirigían, a golpe de látigo, al años 50monte cercano, conocido como Gólgota, para ser crucificados. Uno de ellos, recibía la mayoría de insultos, golpes y salivazos. Tenía poco más de 30 años, barba y pelo largo, sobre el que habían clavado una corona de espinas. Este individuo le pareció a Simón diferente. Su mirada no era la de una persona culpable. Aquel hombre, que no se dirigía a sus agresores con odio, no era posible que pudiera haber hecho nada malo.

Mientras lo observaba, el condenado cayó al suelo bajo el peso del madero que cargaba, y en el que iba a ser crucificado. Los soldados romanos que custodiaban al reo, se fijaron en Simón y, sacándole a empujones de entre la multitud, le obligaron a ayudar al hombre ensangrentado. Cargó el pesado madero y siguió los pasos de aquel condenado que, sin haber mediado palabra entre ellos, inexplicablemente, le hacía sentirse bien.

Llegados al destino, al punto más alto de aquella loma, los soldados le apartaron a empellones de la cruz y, sin saber realmente el porqué, se quedó a los pies del crucificado hasta que éste, pasadas unas horas, expiró.

Esta es la breve historia del hombre que ayudó a llevar la cruz a Cristo hasta el Calvario, hasta el lugar donde finalmente fue torturado y muerto. Este es Simón de Cirene, conocido como el “Cireneo”, prototipo de hombre bondadoso, co2mpasivo y piadoso, que, puntualmente, aparece todos los Viernes Santo en la ciudad para rememorar aquel suceso.

Desde antiguo, la imagen leonesa de Jesús Nazareno, realizada en la primera mitad del XVII y propiedad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, es acompañada por Simón de Cirene, quien le auxilia para llevar la cruz, según cuentan los Evangelios. 

La primera talla de la que tenemos referencia relativa a esta figura del Nuevo Testamento es de 1674, fecha en la que la Cofradía encarga al escultor Francisco Díez de Tudanca :”… a de acer un cireneo también de bulto para ayudar a llebar la cruz de Jesus Naçareno”, Y es que, en aquellos 1momentos, se le había encargado al artista que, “… a de aguecar la imagen de Jesús Naçareno que tiene la compañía y ponerlo lo mas ligero que se pueda y volverlo a cobrir en la forma que oy esta”. Todo esto hace pensar lo difícil y gravoso que debía resultar contratar braceros para procesionar, buscado de esta manera aligerar el peso de las tallas haciéndolas más livianas, para reducir el coste que implicaba la puja de las imágenes.

No se conoce el destino de la imagen del Cireneo realizada por Díez Tudanca, al perderse la mayoría de la documentación de la Cofradía correspondiente a los ss. XVII y XVIII. Sin embargo, en el XIX se tiene constancia de reparaciones hechas a una figura de Simón de Cirene a base de repintes y reparaciones en manos y cara, pero se ignora si se trata de la misma talla encargada a Tudanca, u a otra realizada con posterioridad. 

Por las imágenes fotográficasEl-Cirineo que nos ha llegado de los desfiles procesionales de primeros del s. XX, creemos, por las características de la talla del “Cireneo”, que esa no puede tratarse de la obra de Díez de Tudanca; en primer lugar porque se trata de una talla desproporcionada, infantil y de mala hechura, impropia y ajena por completo a las formas y  hacer del gran artista. En segundo lugar, porque de la obra encargada al escultor por la Cofradía del Dulce Nombre, concretamente dos pasos completos con cinco figuras cada unos (“El expolio” y “La coronación de espinas”), solo se conserva el Cristo perteneciente a “El expolio”, que procesiona el Viernes Santo incluido en la procesión de Los Pasos. El resto de figuras, un total de nueve, se han perdido.

Este “Cireneo” anónimo, estuvo desfilando en la Cofradía hasta 1940. El año siguiente se reemplaza por otra imagen, al parecer de cartón piedra, procedente de talleres catalanes, y que se mantuvo muy poco tiempo. Seis años después, en 1946, se acuerda con el santanderino Víctor de los Ríos Campos, afincado en esta ciudad durante un tiempo, debido a su matrimonio con una prestigiosa dama leonesa, Dª Catalina Fernández Llamazares, una nueva imagen del “Cireneo”. Ésta es la que actualmente se incluye en la procesión de “Los Pasos” en el Viernes Santo, “compartiendo” el peso de la cruz con el Nazareno. Es una talla enormemente realista, que representa a un hombre fuerte, casi calvo, con barba y gesto adusto.
     
Victor de los Rios
Victor de los Ríos Dolorosa estoy recortada
Victor de los r.
Según los datos que ofrece la Cofradía, esta talla leonesa posee dos túnicas realizadas en los años 90, donadas por hermanos de la Cofradía. Anteriormente se cubría con una burda túnica marrón que dejaba piernas y hombros al descubierto. Como curiosidad, mencionar que tanto el “Cireneo” como el Nazareno, se acoplan en un espléndido trono realizado a mediados del s. XX, y que perteneció a la Hermandad de San Gonzalo de Sevilla. Pesa 1300 kg. y tiene asignados para pujarlo 96 braceros.

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El conjunto escultórico formado por el Nazareno y Simón de Cirene, posiblemente el paso más emblemático de la Semana Santa leonesa, estuvo presente en 2011 en las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebraron en Madrid. En esta ocasión, la imagen del “Cireneo” fue más protagonista que el Nazareno, ya que en el Vía Crucis organizado como motivo de la visita de Benedicto XVI, el paso leonés representó la “VII estación”: “El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz”.

En el Paseo de Recoletos de Madrid en el altar destinado a la “VII estación”, el paso recibió la bendición del Papa, para más tarde, una vez finalizado el Vía Crucis, participar en la procesión conjunta de todas las imágenes, desde Recoletos a la Puerta del Sol, donde se recogió en el conocido edifico de la Comunidad de Madrid. El conjunto de León fue uno de los más aclamados en la procesión de regreso, donde una votación popular, promovida por A3TV, le otorgó el primer puesto entre todos los pasos (http://alcieloleon.blogspot.com.es/2011/08/leon-en-las-jornadas-mundiales-de-la.html).

                       Video: rodritriana / Jesus Nazareno de León - JMJ Madrid / 2011
                                                       Calle de Alcalá hacia La Puerta del Sol



- Cireneo y Cristo. Tiziano.
- Nazareno y Simón de Cirene. León.
- Simón de Cirene años 50. Víctor de los Ríos.
- Primeros del XX: ¿Tudanca?
- Años 40: cartón piedra.
- Simón de Cirene, actual. Víctor de los Ríos.
- Víctor de los Ríos: Años 40. Con la Soledad de Jesús Divino Obrero. Años 90.
- Paseo de Recoletos. "VII estación". JMJ/Madrid/2011.
- Video: rodritriana / Jesús Nazareno de León - JMJ Madrid / 2011