domingo, 31 de enero de 2021

"31 de enero, DÍA DE LOS TERCIOS": Castelnuovo


El 31 de enero del año 1578 tuvo lugar la batalla de Gembloux, población ubicada en el centro de la actual Bélgica y en la que los tercios españoles aniquilaron al ejército reclutado por los Estados Generales de los Países Bajos. 

Esta victoria histórica de los Tercios  sirvió para que hace unos pocos años algunos historiadores, seguidores y amantes de la historia militar española establecieran el día 31 de enero de todos los años, como el día dedicado a los Tercios, la infantería española que durante dos siglos representaron victoriosamente con sus armas a la sociedad española por medio mundo. Es conocida la frase del filósofo e historiador francés Hipólito Taine:

"Hay un momento superior en la especie humana: la España desde 1500 a 1700"

Estos son los dos siglos donde los Tercios españoles impusieron su presencia e influencia en todo el mundo. 


En otras entradas hemos comentado la historia de los Tercios y algunas de sus hazañas, como la batalla Nördinglen. Pero hoy, 31 de enero de 2021, como pequeño homenaje recordaremos someramente otra de sus múltiples gestas protagonizada por uno de los viejos Tercios que, a pesar de haber sido derrotado y aniquilado, ha escrito una de las páginas más heroicas en la desconocida, olvidada y denostada historia militar de España. Hablaremos del Tercio de Sarmiento y el sitio de Castelnuovo. 

Alrededor del año 1529 se jugaba en Europa algo más que la hegemonía cristiana. Nada más ni nada menos estaban en jaque los ancestrales valores occidentales, en una palabra, estaba en juego la propia identidad europea y su supervivencia. 

A comienzos del s. XVI las tropas turcas avanzaban por la península de los Balcanes hacia el norte a sangre y fuego y sin apenas resistencia, haciendo a todos sus pobladores, se rindieran o no, esclavos del poder turco, que no tenía visos de detenerse hasta alcanzar su objetivo: Viena, el corazón de Europa. 

El sultán del Imperio Otomano Solimán el Magnífico llega a las puertas de Viena en 1529. Cerca la ciudad y la sitia con un ejército de más de 120.000 exaltados y fanáticos otomanos, entre los que destacan las tropas de élite del sultán: los jenízaros. 


La única ayuda exterior que recibieron los 20.000 defensores austriacos la envió el Emperador Carlos I. Se componía de 1500 mercenarios alemanes que llegaron cuando ya los 700 arcabuceros españoles que se encontraban en la ciudad y que, como extraordinarios soldados de élite que se apoyaban en los últimos avances de la tecnología militar, ya habían montado importantes defensas de refuerzo, creado fosos, trampas y empalizadas. 

La ofensiva turca sobre la ciudad fue un fracaso. El constante fuego artillero y los continuos asaltos de las tropas otomanas resultaron una auténtica carnicería que dejaron en el campo de batalla más de 20.000 muertos, obligando al final del mismo año a la retirada de Solimán dejando para un futuro, no muy lejano, un nuevo ataque a la bella ciudad del Danubio, puerta de entrada en Europa. 


El empuje turco motivó la unión de Venecia y el resto de repúblicas italianas, para solicitar del papado la organización de una Liga Católica a la que se sumó y encabezó España. Pocos años después, en 1535, el sureste de Italia fue invadido por una gran flota turca. Suponía la supremacía mediterránea entre el mar Jónico y el Adriático. Carlos I trató de proteger ese flanco y a pesar de sufrir la trágica derrota naval de Préveza, conquistó una importantísima plaza fuerte con potentes defensas en las costas de Dalmacia (actual Montenegro): Castelnuovo, en el Golfo de Cataro.



La conquista de la fortaleza por parte de los españoles el día 23 de octubre de 1538, significó el fin de la Liga Católica y la deserción de Venecia del tratado, además de conceder el dominio del mar a los turcos. La plaza quedó aislada pero defendida por 4.000 hombres, la mayoría perteneciente al veterano Tercio Viejo de Lombardía, a los que había que añadir algunos soldados griegos y muy escasa caballería y artillería. Toda la fuerza quedó bajo el mando del Maestre de Campo Francisco Sarmiento de Mendoza, general experimentado con capacidad indiscutible y valentía demostrada contra berberiscos y turcos. La escasez del numero de efectivos españoles se compensada, de alguna manera, con la impecable organización que contaban los españoles, además de ser la infantería mejor equipada, eficiente y espléndidamente adiestrada en aquel momento de toda Europa. 

El Imperio Otomano consideraba Castelnuovo (actual Herceg Novi) un punto estratégico para su expansión por el Mediterráneo y centro Europa, por lo que el 12 de junio de 1539 llegaron las primeras naves turcas a las aguas del golfo de Cataro comandadas por los corsarios Dragut y Zefut. 

Unos días más tarde, a mediados de julio, sobre el día 18, hace su aparición una gran flota de 200 galeras con más de 20.000 otomanos, incluidos 4.000 jenízaros, bajo el mando del almirante turco Jayr al Din Barbarroja, señor de Argel. Asimismo, Ulamen, gobernador turco de Bosnia, completa el cerco terrestre a Castelnuovo con unos 30.000 hombres.

El día 23 de julio y antes de empezar el castigo artillero y los asaltos a la fortaleza, Barbarroja hace una oferta a los españoles prometiéndoles, tras la rendición, paso libre hacia Italia. Sabedor de que tal oferta no solamente le correspondía aceptarla o rechazarla a él, el Maestre de Campo Francisco Sarmiento consultó con todos sus capitanes y resolvieron que preferían morir en servicio de Dios y de Su Majestad, y que "... viniesen cuando quisiesen...".

Ambos bandos se prepararon para el enfrentamiento, construyendo todo tipo de defensas. Los turcos emplazaron su potente artillería mientras los componentes del Tercio realizaron continuas salidas para destruir defensas, trincheras y las importantes plataformas donde se contemplaba instalar la artillería otomana. En estas continuas incursiones en el campamento enemigo quedaron siempre un buen número de bajas turcas. 

Dragut, uno de los almirantes otomanos, junto con Barbarroja se pusieron de acuerdo para bombardear a placer día y noche desde el mar y tierra las murallas de la fortaleza. Los sitiados soportaron cerca de diez mil impactos de gran calibre, entre los que destacaban tres grandes cañones con una boca de medio metro de diámetro.. 


Toda esta artillería colocada escalonadamente, empezó a golpear incesantemente las murallas de Castelnuovo haciendo gran destrozo en los lienzos y las defensas españolas. Sin embargo, continuaron las feroces salidas nocturnas españolas que causaban terror entre los turcos y hasta en los jenízaros, llegando en alguna ocasión empujarlos hasta el mar. En una de esas temibles salidas de los integrantes del Tercio, los turcos dejaron en el campo de batalla 4.000 hombres por 100 componente del Tercio, y hasta el propio Barbarroja tuvo que refugiarse en una de sus galeras.

Los continuos asaltos, los enfrentamientos directos, los bombardeos y hasta la explosión de minas bajo el suelo de los atacantes continuaron sin cesar, siendo cada día más eficaz el avance y la presión turca sobre los cada vez más escasos integrantes del Tercio. 

Barbarroja el día 5 de agosto envió a todas sus tropas a tomar definitivamente la ciudad en un ataque masivo. Ese día finalizó con la caída de la última torre de la muralla que todavía seguía en pie, sin embargo, para desgracia turca, los españoles seguían sin rendirse. 

Al día siguiente hubo una fuerte tormenta y la lluvia inhabilitó la pólvora de cañones y mosquetes, por lo que ese día se combatió cuerpo a cuerpo, con la espada y la pica, siendo los españoles los mayores expertos y efectivos en ese tipo de combate. Cuentan, que la sangre convertía el suelo en un barrizal, que los miles cadáveres se amontonaban teniendo que avanzar o retroceder sobre los cuerpos y que el hedor a muerte y descomposición se hacía insoportable. 


El día 7 de agosto aún resistían 600 integrantes del Tercio, todavía a las órdenes de Don Francisco Sarmiento que, aunque herido, continuaba arengando a sus hombres. Ya sin la protección de las murallas que se encontraban completamente arrasadas, ordenó la retirada a un pequeño baluarte denominado Castillo Mare donde se encontraba refugiada la población civil. 

Pero ese mismo día, miles de otomanos cayeron sobre ellos y se ultimó la masacre del Tercio. Para rematar la tragedia de aquel tremendo combate, la mitad de los españoles desarmados y capturados serían ejecutados sumariamente, mientras la otra mitad fueron vendidos en el mercado de esclavos de Estambul. Las construcciones defensivas fueron completamente demolidas para que el hecho fuera olvidado y ocultar que, para acabar y derrotar al Tercio Viejo de Sarmiento, fueron necesarios mas de 35.000 turcos, siendo más de 10.000 los que quedaron sobre el terreno. 


Así todo, la resistencia del Tercio español que defendió Castelnuovo, el llamado Tercio Viejo de Sarmiento, causó un enorme impacto en todo el occidente, además de admiración por las enormes bajas que causó al ejército turco.

En el año 1545, Hasan, el hijo de Barbarroja, recibió el nombramiento de rey de Argel. Preparó una gran flota como escolta para alcanzar la ciudad africana. En una de aquellas galeras servían como galeotes 25 españoles supervivientes del suceso de Castelnuovo. Una noche esos 25 héroes dieron un golpe de mano, ejecutaron a toda la tripulación de la galera y pusieron rumbo a Sicilia, a la que llegaron después de un mes. El espíritu de sacrificio y lucha de los hombres de Castelnuovo seguía vivo años después.

Los supervivientes, a los que la gente ya no recordaba, fueron los que de boca en boca contaron lo sucedido en aquellos veintidós días que duró el asedio. Dejaron constancia de su  resistencia, de los miles de muertos causados al enemigo y, sobre todo, de la actuación gloriosa del Tercio Viejo de Sarmiento que derramó su sangre en defensa de su honor, de su rey y de España.

Unos años más tarde, el libro de autor anónimo "Viaje a Turquía", pone en boca de uno de sus protagonistas, Pedro de Urdemalas, el testimonio que escuchó entre los mismos turcos sobre el sitio de Castelnuovo: "... después que en el mundo hay guerras, nunca hubo más valerosa gente ni que con más animo peleasen hasta la muerte que tres mil y quinientos soldados que allí se perdieron". 
 


- Piqueros de los Tercios.
- Anagrama del Día de los Tercios.
- Asedio turco a Viena.
- Solimán el Magnífico.
- Batalla naval de Préveza.
- Castelnuovo.
- Situación de Castelnuovo.
- Barbarroja.
- Los Tercios en combate. Fotografía: @jordi_bru_fotografo
- Artillería turca. Gran bombarda.
- Los Tercios en combate. Fotografía: @jordi_bru_fotografo
- Asedio a Castelnuovo
- Capitán de lo Tercios. Ferrer Dalmau.
- Los Tercios.








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