lunes, 4 de octubre de 2010

La tradicional fiesta leonesa: San Froilán


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El 5 de octubre del año 905 muere en la ciudad de León el obispo Froilán. Después de 1105 años del suceso, se sigue recordando y celebrando su paso e impronta en esta ciudad y en el reino leonés, fiesta que, cada año que trascurre, se vuelve más popular.

Nace Froilán, según las crónicas, en los arrabales de la localidad Lugo en el año 833, en el lugar denominado Regueiro dos Hortos, espacio a extramuros de la ciudad ubicado entre la Puerta Miñá y la Puerta del Postigo de la muralla romana, muy cerca de la vieja Catedral en la que, de acuerdo con la tradición, fue bautizado por “padres nobles y piadosos”, que le imponen por nombre Froilán, nombre de origen germano cuya raíz original significa “señor”.

Por ese lugar, que ve nacer y crecer a Froilán, la capital lucense se abre al oeste por la antigua calzada romana XIX del Itinerario de Antonino que, tras vadear el poderoso Miño, lleva a los viajeros hasta la tumba de Santiago, descubierta en el 813. Pero también era conocido que algunos peregrinos viajaban hasta la costa, hasta el mar, hasta Iria Flavia, mucho antes de la aparición del sepulcro del Apóstol. Caminaban al "encuentro" del Sol poniente, a los confines del mundo, a los acantilados atlánticos, donde, aún hoy, persiste una atmósfera atemporal.

Posiblemente Froilán los vio pasar y habló con ellos, descubriendo que su peregrinaje pretendía la búsqueda del aprendizaje de las bases y fundamentos del conocimiento humano, y que seguían aquella ruta atávica marcada desde la noche de los tiempos. Aquella ruta se mantuvo imperturbable a pesar de las invasiones, al poder y la fuerza de nuevas culturas y a la intolerancia de las distintas religiones imperantes a lo largo de los siglos.

Puente

Sobre aquel lugar del camino, Froilán vivirá sus primeros años; pero no serán aquellos peregrinos quienes influirán en el ánimo del joven, será la influencia de la cercana Catedral, la que intervendrá en su educación y formación gracias a la escuela que los canónigos mantenían en el templo. Sin embargo, no hay que olvidar la existencia de cronistas que aseguran que fue educado por su madre, elevada posteriormente a los altares (Santa Froila), dedicándose desde muy temprana edad al estudio de los asuntos sagrados. Según atestiguan, ya desde niño, “gustaba de amor al retiro, soledad y oración”. Hay también quién afirma que, “su cultura, litúrgica y patrística, que era mucha, la adquirió por su cuenta”.

Eran tiempos de reformas. Alfonso II, desde su sede regia instalada en Oviedo, restauraba en su corte la tradición visigótica. Asimismo, el propio monarca, junto con nobles y obispos, promovían vivamente la renovación monástica del nuevo reino que había quedado asolada por la invasión islámica. Froilán que, según se cuenta en aquellos años, “temía a Dios y elevaba su corazón a las regiones altas para contemplar al Señor; miraba siempre para las cosas humildes y, lleno de fe y de buenas obras, andaba por los caminos de la virtud, como buen negociante de los caminos de Dios”, se imbuye en esa nueva corriente y con 18 años abandona padres, casa y ciudad, para dirigirse al corazón del Reino, a las montañas leonesas, con el fin de vivir en soledad, pero también de predicar a las gentes: “de su boca emanaban las maravillas del Señor”.

ermitas

Su primer retiro será en la conocida Gruta de Ruitelán, al oeste de la provincia, en la zona de Valcárcel. De allí se traslada a las montañas del Curueño, donde coincide con Atilano, presbítero aragonés, decidiendo ambos proseguir su vida ermitaña en la Gruta de Valdorria. La fama de hombres santos, llega hasta el obispo de León que les pide que funden un monasterio bajo la Regla de San Benito; el lugar escogido será Valdecésar.

Tras la Batalla de la Polvorosa en el 878, que condena a los musulmanes al sur del Duero y devuelve la tranquilidad y seguridad a las riberas del Esla y Órbigo, Alfonso III hace llamar a Froilán para que contribuya en la repoblación y cristianización de la zona. Froilán fundará el Monasterio de Tábara, que será uno de los más importantes monasterios benedictinos de la Edad Media, especialmente famoso por su scriptorium y sus admirados beatos: Morgan, Tábara y Gerona.

En el año 900 fallece el Obispo Vicente de León y monarca y pueblo leonés coinciden en solicitar a Froilán que ocupe la Diócesis de la capital de Reino. Froilán será ordenado sacerdote y consagrado obispo de León el día de Pentecostés del año 900.

Durante su larga vida como eremita, evangelizador, fundador y obispo en tierras del Reino de León, no hay constancia de su regreso a Lugo. Sin embargo, el nacimiento de Froilán en la ciudad gallega, hará que, con el tiempo y el prestigio del Santo, las autoridades lucenses promocionen y divulguen entre el pueblo su devoción. El fervor popular, conducirá a la Diócesis de Lugo 900 años después de su muerte, en 1.605, a declararle Patrón de la ciudad. En 1.614, tras la petición del Ayuntamiento de Lugo, se enviarán desde León a la ciudad gallega algunas reliquias del Santo Patrón, para su exposición y adoración por los lucenses.

020 Catedral de Leon

Pero es León donde realmente se conmemora la festividad de San Froilán. Desde hace siglos se celebra la que es, sin duda, la más importante de las romerías de la provincia que el Santo "comparte" con la fiesta de La Virgen del Camino, y que es conocida como la "La Romería de San Froilán" : 5 de octubre de cada año.

¿Porqué esta celebración conjunta? Julio de Prado cree que el motivo fueron las epidemias, calamidades y las brutales sequías que se produjeron durante los ss. XVI y XVII, originando rogativas y procesiones conjuntas de La Virgen del Camino y el Arca de las Reliquias de San Froilán. El sacerdote leonés José Díez Monar dedica este romance a la Romería de San Froilán:

"... El día de San Froilán
tiene especial atractivo

para que todo León,

sea romero o peregrino

por lo mucho que se quiere
a la Virgen del Camino ..."


La gran afluencia de fieles a la famosa Romería procedentes de todos los pueblos leoneses, pero también de otras provincias, sobre todo desde Asturias, hizo que la fiesta religiosa sea también una fiesta de convivencia, que se acompañaba con tradicionales comidas-meriendas, principalmente de tortilla que se regada con abundante vino de la tierra, degustándose en grupos de parientes, amigos o vecinos en la explanada del Santuario de la Virgen. Templo (desde marzo de 2009, Basílica), que a lo largo de siglo y medio ha sufrido profundas trasformaciones. La música y los bailes de la región leonesa no podían faltar en la Romería: dulzaina, tamboril, gaita y cantos autóctonos de los distintos pueblos de la provincia, amenizaban aquellas horas de asueto tras los actos religiosos.

Virge Camino

Pasando el tiempo, surgen nuevas tradiciones como el "desfile de carros". Al mencionado "carro de la Virgen" que se trasladaba desde la ciudad de León al Santuario (6 km.), se le unieron los carros de los pueblos de los alrededores, que se engalanaban extraordinariamente para rivalizar entre ellos en colorido y originalidad.

En la actualidad los "carros" ya no se acercan al Santuario de la Virgen del Camino y, únicamente, desfilan por la ciudad, que cada vez va tomando más protagonismo en la Romería, programándose más actividades lúdicas: exposiciones de artesanía, mercados, festival de órgano, teatro, corros de lucha leonesa, concentración de pendones, la pugna dialéctica del Foro u Oferta y las Cantaderas (tradiciones de las que hablaremos en otra entrada), etc.

El fervor popular por aquel obispo y Santo leonés de hace más de 1000 años ha perdido fuerza. Sin embargo, San Froilán está presente estos días en las calles leonesas, si bien su fiesta ha tomado otro cariz, convirtiéndose en una festividad en la que se recuerda al Santo a través de espectáculos y "puchero": rosquillas, chorizo, avellanas, picadillo y la espectacular morcilla leonesa, pleitean con las celebraciones religiosas.

"Froilán fue flor en Lugo;
en el monte árbol santo;

de apóstol y de pastor
en León tuvo el lauro.

Hermoso farol, bello luminar,

tu luz singular afrenta es del sol.

Repita el clarín, publique la voz,

que al son de Froilán, festeja León".



- Puerta lateral del Santuario de la Virgen del Camino. Obra de José María Subirach.
- Monumento en Regueiro dos Hortos (Lugo).
- Lugo. Puente sobre el Miño en la antigua carretera a Santiago.
- Impronta sigilar del sudario de San Froilán del obispo de León J. Albertino que autentificaba los restos del Santo, s, XII. Catedral de Sta. María de León. (Fotografía de la exposición "San Froilán y su tiempo", 2005).
- Ermitas sobre las cuevas de Ruitelán y Valdorria (León).
- Imagen de San Froilán, obra del platero Rebollo, s, XVIII. Catedral de Sta. María de León.
(Fotografía de la exposición "San Froilán y su tiempo", 2005).
- Beato Morgan (Nueva York). Origen Monasterio de Tábara.
- Arca de madera y plata. Contiene los restos de San Froilán. Altar Mayor Catedral de Sta. María, León.
- Distintas etapas del Santuario de la Virgen del Camino (León).
- VIDEO: You-Tube. Teijeiro: MILLADOIRO,
"O bruxo da montaña".
- Morcilla tradicional leonesa.
- Romances: José Díaz Monar y Julio de Prado Reyero.
- Para conocer más:
"Siguiendo las Huellas de San Froilán" , Julio de Prado. Edit. S. Esteban, 1994. Salamanca.





14 comentarios:

La utopía de Irma dijo...

Desconocía parte de esta historia, como siempre es un placer seguirte.

Y leer toda la historia con milladoiro de fondo es otra sensación, lo has conseguido!!

Un abrazo, Irma.-

Bowman dijo...

Como siempre abres puertas nuevas para conocer lo que tenemos más cerca en esta tierra.
Las tradiciones son los eslabones de la cadena del tiempo, que ninguno se pierda, nuestras vidas quedarían incompletas.
Saludos

fonsado dijo...

Irma: Las raíces del noroeste "tiran" un poco. Si analizas el asunto, cada vez más se pretende separar, diferenciar, tradiciones, música, costumbres, habla, que hace tiempo eran las mismas.
Saludos.

J.Carlos: Normalmente seguimos las tradiciones sin conocer lo más mínimo de su origen. Pero no eso lo negativo, lo realmente triste es que a la mayoría no le interesa.
Desconocía que habías "vuelto".
Saludos.

Silvia dijo...

Fonsado: te agradezco los datos, pues desconocía parte de la historia. Y como dice Irma, la melodía le da el toque final para que vuelva a ser perfecto. Saludos

fonsado dijo...

Silvia: Son datos muy superficiales, pero suficientes, creo, para tener un poco de idea sobre la celebración de la fiesta de San Froilán en la ciudad.
Gracias por el comentario Silvia.
Saludos.

Alfonso dijo...

Desde mis telares decirte que muy interesante tu aportación.

fonsado dijo...

Telares: Gracias por el comentario. Solo es una pequeña "muestra" de la vida de San Froilán, y las costumbres que originó su devoción por el pueblo a lo largo de 1100 años.
Interesante la obra de Julio de Prado Reyero.
Saludos.

María dijo...

Añadir a tu historia la leyenda de San Froilán y el lobo con el que aparece en algunas representaciones.
Parece ser que mientras el Santo oraba en su cueva, un lobo hambriento se comió su asno, Froilán lo amaestro y lo tomó a su servicio para llevarle las alforjas.
Riquísimas la morcilla y las avellanas.
Un abrazo. IoI

América dijo...

Hola estimado Fonsado.

Desconocía el origen de esta celebración,sin duda el audio/video,me acerca al espíritu de esas tierras,a las tradiciones y a la raíz de la historia,felicitaciones por tan completo post que como siempre es material de obligatoria consulta.
San Froilán te proteje.

Un abrazo directo.

Leodegundia dijo...

Desgraciadamente de todas estas fiestas tradicionales se va perdiendo la base y ya casi nadie sabe ni siquiera quien era el santo, las fiestas van perdiendo su parte religiosa y se quedan sólo con la lúdica y eso si, con todo lo que tenga que ver con esos buenísimos productos de la tierra.
Un artículo estupendo.
Un abrazo

Mara dijo...

Gracias por toda la información sobre el Santo, para mí bastante desconocido. Ignoraba que el Santuario de la Virgen fuera basílica desde hace sólo un año. Saludos.

fonsado dijo...

María: No hay duda que faltan bastantes "anécdotas" de la vida del Santo. Una de ellas la que mencionas, sobre el lobo y su asno.
Por supuesto, la morcilla imprescindible en esos días, aunque luego "pase factura".
Otro abrazo para ti, Maria. Lol.

América: Gracias nuevamente por comentar estas costumbres tan lejanas y locales.
Un fuerte abrazo.

fonsado dijo...

Leodegundia: Tienes razón. Para sacar la esencia de las antiguas fiestas y tradiciones, a veces hay que "rascar" profundamente el pasado y, a veces, te llevas la sopresa que el origen tiene que ver poco con la actual celebración.
Un abrazo.

Mara: Creo que fue el pasado año y obra de Benedicto XVI.
Saludos Mara.

Anónimo dijo...

Como señalas, muy bueno el libro de Julio de Prado. Merece la pena leerlo, para conocer toda la vida de San Froilán y los orígenes y culto posterior.
Un saludo