sábado, 30 de noviembre de 2013

Ramo leonés de Navidad


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Existe una antiquísima leyenda que narra la existencia de un gallo en el Portal de Belén en el momento del nacimiento de Jesús. Se cuenta, que fue él quien dio el primer testimonio del acontecimiento, primero a los pastores y después a la gente que vivía en los alrededores del lugar. Es por lo que se dice que la venida al mundo de Cristo fue anunciada “ad galli cantus”, es decir, “al canto del gallo”.

Esta historia es una de las tantas que existen sobre el origen de la denominación de la Misa del Gallo, celebración que, en teoría, marca el paso del Adviento, de un tiempo antiguo, a uno nuevo de alegría y celebraciones. A partir de ese momento se activan las tradiciones navideñas plagadas, entre otras, de manifestaciones y actividades teatrales.


A lo largo de los siglos, la Navidad leonesa ha sido pródiga y original en cuanto a los actos, expresiones y dramaturgia navideña. Todavía persisten las pastoradas, los tradicionales villancicos y los autos de reyes; otras, como el “cantico de la Sibila”, que ya comentamos en otra entrada (http://www.fonsado.com/2010/05/la-sibila-eritrea_30.html), han desaparecido. Sin embargo, una de las tradiciones navideñas leonesas que ha estado a punto de eclipsarse, pero que está teniendo actualmente un auge y seguimiento sorprendentes, es la instalación en las casas del ramo leonés, posiblemente, una de las costumbres con más arraigo en la Provincia.

No obstante, al ser poco conocido fuera de León, se sigue pensando que la existencia del popular árbol de navidad es una tradición genuina de los países del centro y norte de Europa, y que desde allí fue exportado a todo el mundo. En León, en el territorio del Reino de León, ya existía esta costumbre tiene sus raíces en época prerromana, como veremos.

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La tradición del ramo navideño es eminentemente rural, pero ha tenido un potente eco en la sociedad urbana, que aunque no era totalmente ajena a ello, ha estado y está ávida en la búsqueda de identidad y tradiciones propias que identifique a sus individuos y que, a la vez, los diferencien de costumbres vecinas. Gracias a esto, este entrañable uso tiene el futuro asegurado.

En su origen el ramo leonés era una simple rama de árbol de hoja perenne, de ahí procede su denominación, muy anterior a la romanización. Formaría parte del ancestral culto a la vegetación y serviría como ofrenda o tributo de fecundidad y prosperidad para el nuevo año. Con el tiempo, esta práctica se integraría en las fiestas o celebraciones paganas del solsticio de invierno, para más adelante convivir con los inicios del cristianismo, adaptándose a los nuevos tiempos, pero conservando parte de sus creencias antiguas. La Edad Media sería el momento de introducir en la tradición textos y cantos, junto con las ofrendas y tributos obligados, pero ahora integrados plenamente en las celebraciones religiosas cristianas de la Navidad.
Valdevimbre
El ramo leonés no solo es su estructura física, la costumbre del ramo es una manifestación de la cultura tradicional leonesa, formado por un conjunto de valores en el que, por supuesto, su armazón y los objetos simbólicos que contiene forman parte de ello, pero también su texto o copla, la música y la teatralidad, todo al servicio de la religiosidad popular.

Generalmente, la estructura material está constituida por un varal que se incrusta en un cuerpo, ordinariamente también de madera, de distintas formas: triangular, la más común, pero también cuadrada, redonda o romboide. Se adorna (“vestir el ramo”) con velas (12 que representan los meses del nuevo año), puntillas, cintas, labores de bordados, etc., todo de colores vivos. Lo complementan, recordando sus orígenes, formas vegetales tales como acebo, laurel, muérdago, hiedra, laurel, o cualquier rama perenne del lugar. No puede faltar la presencia de los productos típicos de la estación o dulces tradicionales, que formaría parte de la ofrenda o impuesto religioso: manzanas, nueces, bollos, rosquillas, etc. Se apoya en una peana, pero cuenta con la posibilidad de trasladarlo a modo de trofeo y así poder ser observado por el pueblo.

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Esta tradición evolucionó desde la simple rama votiva arrancada y preparada de un árbol, a la estructura de madera descrita, que guarda parecidas formas con el tenebrario, existente en todas las iglesias, y del que ya se tiene noticias en el siglo VII. Los tenebrarios son candelabros triangulares que se sitúan en el presbiterio. Poseen quince velas que se van apagando durante el oficio de tinieblas de Semana Santa, en la que se cantaban los salmos y lamentaciones de Jeremías. Simboliza el día de la muerte de Cristo en la cruz, y sus quince velas las personas que supuestamente le acompañaron: los once apóstoles, las tres Marías y la Virgen María. El parecido con la estructura del ramo leones es evidente.

Tras la procesión de rigor, portado por hombres, en la que se exhibe el ramo leonés con sus “adornos y ofrendas”, se realiza la ofrenda y la plegaria correspondiente en el interior del templo, normalmente al finalizar la Misa del Gallo. La plegaria cantada es realizada siempre por las mujeres del pueblo con melodías propias de la zona, que recuerdan sonidos medievales y gregorianos. Aunque los temas giran casi siempre alrededor del nacimiento de Jesús, la plegaria y la ofrenda van dirigidas a la Virgen María, usándose episodios de las leyendas religiosas o de los Apócrifos.

Los cánticos suelen llevar un orden: permiso para entrar en la iglesia, estrofas de entrada, narración de las escenas evangélicas citadas, la ofrenda del ramo, petición de aguinaldo, despedida, felicitación de las fiestas y deseo de volver a verse en un año ... En algunos lugares, se intercalan los sucesos ocurridos en el pueblo durante el año.

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Se han llegado a catalogar más 200 antecedentes de ramo leonés en distintos pueblos de la Provincia. Es de desear que esta costumbre tan leonesa, arraigue y se consolide todo los años en estas fechas.


- Ramo leonés de Valcecillo.
- Video: "Ramo de Navidad", La Banzaca.
- Canto del ramo.Plaza San Marcelo. León.
- Canto del ramo en Valdevimbre.
- Tenebrario.
- Ramo del blog Sisters and Dresses.



6 comentarios:

Mara dijo...

Como siempre me ha encantado saber el origen del ramo leonés. Lo curioso es que yo creía que solamnente se cantaba el ramo de Navidad. Curiosamente estuve en un pueblo cerca de la capital, Villa de Soto, en el que se canta el Ramo de Santa Lucía en el día de su festividad. Quizás se cante en más lugares y a más santos. Saludos.

María dijo...

Personalmente me gusta que retomemos la búsqueda de esa identidad y tradición, después de tanto "bombardeo"de otras tradiciones consumistas y ajenas a nosotros.¡FELIZ NAVIDAD!
Un abrazo

fonsado dijo...

Mara: En realidad, es una ofrenda festiva para varias ocasiones, si bien, su gran "protagonismo" es la celebración de la Navidad. Saludos

fonsado dijo...

María: Comparto tu opinión, gracias y Feliz Navidad.

América dijo...

Estimado Fonsado
Bellísima traición que conozco gracias a ti, el origen del ramo leonés es, como suele ser; si no conocemos de donde nos vienen nuestras costumbres o expresiones culturales no valoramos el gran poder que tienen de unir y mantener nuestra identidad.
Feliz Navidad querido amigo, cuantos años ya, y que sean muchos más.
Un abrazo directo.

Francis dijo...

No voy a discutir el origen del ramo leonés, pero hasta hace media docena de años, el 99% de los leoneses no habían (habíamos) oído ni su nombre. Además, pudo ser típico en alguna zona o comarca, pero yo soy de la montaña y jamás oí mencionarlo ni a los más viejos del lugar (y yo tengo mis años). Desde luego, tampoco soy del árbol anglosajón, Papá Noel etc., Prefiero el Naciemiento, los RR. Magos.... Además, el ramo, por su estructura, las velas, etc, me hace pensar más en Semana Santa que en Navidad...